Creo haber comentado alguna vez lo mucho que aprecio y respeto la obra de Virginia Woolf, y aún más, a Virginia como persona, creo que fue una mujer increíble, adelantada a su época, un ser tan lleno de brillantez y sabiduría que quizá no pertenecía del todo a este mundo. Nos ha legado tantas maravillosas historias que, podrán pasar muchos siglos y estoy segura de que seguirá presente en la mente de las generaciones futuras. Creo que de sus obras, mi favorita es En un cuarto propio, una oda a la mujer y la escritura, un análisis precioso de lo que significa escribir, aún cuando fuera hecho en sus tiempos, cuando las cosas eran tan diferentes a lo que son ahora.
Pero esta entrada es para compartir un texto suyo que alguien compartió conmigo en estos días. En realidad, es una grabación, creo que la única que existe de su voz, o al menos en la que lee algo escrito por ella misma y quizá ya la hayan escuchado. Es una colaboración para la BBC pocos años antes de que muriera.
La voy a poner aquí al final, me temo que está toda en su idioma original, pero la he encontrado traducida y es sencillamente magnífica, como todo lo escrito por esta gran autora. Habla de las palabras de modo tan preciso, tan perfecto, que es casi mágico y creo que ustedes lo podrán apreciar, además de que estoy segura, van a disfrutar tanto como yo el oír su voz, algo que me emocionó mucho.
Les dejo, entonces, este texto de Virginia, sé que significará tanto para ustedes como para mí, somos todos amantes de las palabras.
Las palabras, las palabras del inglés, están llenas de ecos,
de memorias, de asociaciones. Han estado por todas partes: en los labios de la
gente, en las calles, en sus casas, en los campos, por tantos siglos. Y esa es
una de las principales dificultades para escribirlas hoy: están llenas de otros
significados, de otras memorias, y han contraído muchos matrimonios famosos en
el pasado.
En los viejos tiempos, por supuesto, el inglés era una nueva
lengua, los escritores podían inventar nuevas palabras y usarlas. Hoy en día,
es bastante fácil inventar nuevas palabras -brotan a los labios cuando vemos
una nueva vista o tenemos una nueva sensación- pero no podemos usarlas porque
el inglés es una lengua vieja. No se puede usar una palabra nueva en un
lenguaje viejo por el hecho tan obvio pero siempre misterioso de que una
palabra no es una entidad distinta y separada, sino parte de otras palabras. En
efecto, no es una palabra hasta que no es parte de un enunciado. Las palabras
pertenecen las unas a las otras...
Combinar nuevas palabras con viejas palabras es fatal para
la constitución de un enunciado. Para poder usar nuevas palabras con propiedad
se debe inventar todo un nuevo lenguaje, y eso, aunque sin duda llegará, no es
por el momento nuestro asunto.
¿Cómo podemos combinar las viejas palabras con nuevos
órdenes para que puedan sobrevivir, para que creen belleza, para que digan
verdad? Ese es el dilema.
Son la más salvaje, libre, la más irresponsable, la más
inenseñable de todas las cosas. Por supuesto, puedes atraparlas y distribuirlas
y colocarlas en orden alfabético en los diccionarios. Pero las palabras no
viven en diccionarios. Viven en la mente. Si se quiere una prueba de ello, que
se considere cuán seguido, en momentos de emoción, cuando más necesitamos las
palabras, no encontramos ninguna. Y sin embargo, ahí está el diccionario; ahí,
a nuestra disposición, está medio millón de palabras, todas en orden
alfabético. Pero, ¿podemos usarlas? No, porque las palabras no viven en
diccionarios, viven en la mente.
Todo lo que podemos decir sobre ellas, conforme nos
aparejamos con ellas a la orilla de esa caverna honda, oscura y apenas
iluminada en la que viven -la mente-, todo lo que podemos decir de ellas que es
que parece gustarles la gente que piensa antes de usarlas, y que siente antes
de usarlas, pero no piensa y siente sobre ellas, sino sobre algo completamente
diferente. Son altamente sensibles, y fácilmente se incomodan y apenan. No les
gusta que se discuta su pureza o impureza.
Son muy democráticas, también. Piensan que una palabra es
tan buena como la otra, y las palabras mal educadas tan buenas como las
educadas, y las incultas tan buenas como las cultas: no hay rangos ni títulos
en su sociedad. Tampoco les gusta ser elevadas en el punto de una pluma y
examinadas por separado. Se pasean juntas, en enunciados, en párrafos -a veces
en páginas enteras a la vez. Odian ser útiles, odian hacer dinero, odian que se
les den lecciones en público. En pocas palabras, odian cualquier cosa que les
estampe un significado o las confine a una actitud, pues su naturaleza es
cambiar.
Quizá esa sea su mayor peculiaridad: su necesidad de
cambio. Es porque la verdad que tratan de atrapar tiene muchos tamaños, y la
transportan adquiriendo muchos tamaños, corriendo para aquí, luego para allá.
Por eso, significan una cosa para una persona, otra cosa para otra persona; son
ininteligibles para una generación, directas como una lanza para la siguiente.
Y es por esta complejidad, este poder para significar distintas cosas para
distintas personas, que sobreviven. Quizás, entonces, una razón por la que no tenemos
un gran poeta, novelista o crítico que escriba hoy es que nos negamos a
permitir a las palabras su libertad. Las encajamos en un significado, su
significado útil, el significado que nos hace llegar al tren, el que nos hace
pasar el examen.
El video, completo, es este.
Yo aún no he encontrado una obra que me convenza del todo de esta autora.
ResponderEliminarNunca leí nada de ella pero dicen que es buena.
ResponderEliminarSerá que no es del tipo de literatura que suelo leer, tampoco quiere decir nada ya que tampoco le gusta a mucha gente la mía :)
Un saludo maja.
No he leído nada de la autora, a pesar de ser tan conocida. Quizá debiera intentarlo.
ResponderEliminarGracias por acercárnosla.
Un beso
Nunca he leído nada de esta autora pero tengo muchas ganas de hacerlo.
ResponderEliminarEl fragmento que has compartido con nosotros es increíble. Me ha encantado la asociaciones como ha hablado de las palabras.
Besitos y muchas gracias por esta entrada.
Hola guapa!!
ResponderEliminarEsta es otra de mis autoras pendientes. Hace años que quiero leer algo de ella :)
Un besote!
No he leído nada de esta autora, pero, trás esta Entrada tuya, la anotaré para leer alguna de sus obras.
ResponderEliminarInteresante Documento.
Abrazos y besos.
También es una de mis autoras preferidas. He leido todos sus libros, alguno más de una vez. Me llevo el libro. gracias :)
ResponderEliminarUy tiene toda la razón, es una gran autora y me encanto que pusieras este extrato te mando un gran abrazo
ResponderEliminarHola linda!
ResponderEliminarYo no la he leído, aunque claro que sé de su existencia. Tengo la impresión que es una de esas escritoras como existencialistas, y lo que nos has puesto de ella como que va con esa imagen que le tengo.
Las palabras... DIOS, tanto que decir sobre ellas! Cuando uno piensa en ellas, en el lenguaje en sí, siente eso de que uno lo tiene al frente, lo tiene en la cabeza, la explicación, y sin embargo no puede realmente dar con lko que quiere decir. Solo que es algo enorme, propio y valioso.
Abrazos linda!
Gracias por compartirlo. Yo aún no he leído nada de la autora pero tengo dos obras uyas creo...
ResponderEliminarTendré que animarme...
Un beso!
¡Hola! Por fin te visito en tu blog, más vale tarde que nunca :)
ResponderEliminarTienes un blog muy bonito. Virginia Woolf es muy profunda, te hace meditar :)
Gracias por el fragmento ^^
ResponderEliminarBesoooos =)
Hola Aglaia: Que hermosa entrada! La verdad que admiro mucho a esta autora desde que buscando info, para la semana Brithsh, el año pasado en el blog de Carmen leí cosillas muy ineresantes de ella ;)
ResponderEliminarMe ha gustado mucho su escrito y el audio que has puesto! Gracias por tomarte el tiempo y trabajo de hacer esta entrada para compartirlo con nosotros >_<
Besitos =)
A mi también me gusta mucho como escribe. Un besazo.
ResponderEliminar¡Hola preciosa!
ResponderEliminar¿Te puedes creer que aun no he leído nada de Virginia?....
Espero este verano tener tiempo para poder disfrutar con alguna de sus obras.
Besos y buen fin de semana.
Hola Aglaia.
ResponderEliminarDe Virginia Woolf sólo he leído un libro, "Viaje de ida". Y está entre mis favoritos. Me gusta cómo recrea el ambiente de la época que le tocó vivir. Cómo sus personajes viven atormentados por diversos motivos. Me siento identificada con Rachel, la protagonista.
Una historia que nada a contracorriente.
Un fuerte abrazo.
Tienes un premio en mi blog. muassssssssss
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarMe gusta la autora he leído algunos libros y me parece estupenda. Me gusto tu blog ya que haces mensión a varias escritoras que me gustan te dejo una escritora chilena de 1910, si no la conoces te dejo su nombre ya que escribia de forma bellisima auque un poco triste.
Si te llega a gustar realizar algun comentario como bien tienes talento. Ella es MARIA LUISA BOMBAL, una de sus novelas es "La ultima Niebla", "La Amortajada" entre otras.
Saludos desde una fanatica de la fantasia.
http://chilefantasy.blogspot.com/
http://enlatierradelashadas.blogspot.com/
Saludos
Lorena
Se trata de una autora controvertida de la que he leído algún que otro libro. No es de mis favoritas pero se trara de una lectura que no desestimo para nada.
ResponderEliminarBesos.
Tengo muchas ganas de empezar con la obra de Virginia Woolf, ¿qué obra me recomendarías?
ResponderEliminarGran texto y gran blog.
Besos,
Cuánta sabiduría en un texto en el fondo tan corto. Una mujer ante la que quitarse el sombrero, sin duda.
ResponderEliminarUn besin
Hola Claudia aqui estoy otra vez por aquí, en tu bello blog. Una entrada maravillosa y completa. Me ha encantado ese relato y las imágenes que has subido. Como siempre tu sitio es una maravilla. Un beso grande
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