martes, 29 de abril de 2014

CONSEJOS DE RAY BRADBURY PARA ESCRITORES



Hace un tiempo que no hago una entrada relacionada con el arte de escribir y me provocó compartir una hoy. Creo que no hace falta que les hable de Ray Bradbury y el extraordinario escritor que fue, ese hombre amante de la lectura y la escritura que nos dejó un legado inmenso. Algo que aprecio de este autor, quizá aún más que su obra, y eso es mucho decir, es que amaba leer. En sus palabras, "un libro es un arma cargada", y consideraba que los seres humanos "somos el milagro de la fuerza y la materia convirtiéndose a sí mismas en imaginación y voluntad". Según sus escritos, Bradbury confiaba ciegamente en la educación, incluso en aquella auto impartida; en su opinión, una persona podía educarse en una biblioteca; según él, se graduó a los veintiocho años de una. 

Como he comentado más de una vez, creo firmemente en el proceso de creación como un acto de voluntad, esfuerzo, trabajo duro y sobre todo, de mucha constancia, la misma que debe ir de la mano con una disposición absoluta para aprender, reconocer errores y procurar absorber tantas enseñanzas como sea posible. Por eso estoy siempre al pendiente de todo aquello que pueda enriquecerme en este camino de la escritura, y cuando doy con alguna joya me gusta compartirla, porque las palabras de un hombre como Bradbury son un tesoro invaluable que debería llegar a todo el mundo. Aquí una selección de inteligentes y precisos consejos para escritores en proceso de formación; es decir, para todos. Espero que los encuentren tan interesantes como yo.



No empieces escribiendo novelas novelas. Toman mucho. Empieza escribiendo “una cantidad endemoniada de cuentos”, al menos uno por semana. Toma un año para hacerlo. Bradbury asegura que simplemente no es posible escribir 52 malas historias al hilo. Él esperó hasta los 30 para escribir su primera novela, Fahrenheit 451. “Y valió la pena esperar, ¿eh?”



Puedes amarlos, pero no remplazarlos. Ten esto en mente cuando inevitablemente intentes, consciente o inconscientemente, imitar a tus escritores favoritos, justo como él imitó a H.G. Wells, Jules Verne, Arthur Conan Doyle y L. Frank Baum.



Examina la “calidad” de los cuentos. Él sugiere Roald Dahl, Guy de Maupassant y los menos conocidos Nigel Kneale y John Collier. Nada en el New Yorker de hoy le llenaba el ojo, pues encontraba que esas historias “no tenían metáfora”.



Ocupa tu mente. Para acumular los bloques intelectuales de estas metáforas, Bradbury sugería una serie de lecturas nocturnas: un cuento, un poema y un ensayo. Los ensayos pueden ser de una diversidad de campos, incluyendo arqueología, zoología, biología, filosofía, política y literatura. “Al final de mil noches, ¡Dios!, ¡Estarás lleno de cosas!”



Deshazte de los amigos que no creen en ti. ¿Se burlan de tus ambiciones de escritor? La sugerencia es que los despidas sin retraso.



Vive en la biblioteca. No vivas en tu “maldita computadora”. Bradbury no fue a la universidad, pero sus insaciables hábitos de lectura le permitieron “graduarse de la biblioteca” a los 28.



Enamórate del cine. Preferiblemente del viejo.



Escribe con alegría. “Escribir no es un negocio serio”. Si una historia comienza a sentirse como un trabajo, deséchala y comienza una nueva. “Quiero que envidien mi alegría”.



No planees ganar dinero. La esposa de Bradbury “hizo un voto de probreza” para casarse con él. Solo hasta los 37 pudieron comprarse un auto.




Enlista 10 cosas que amas y 10 cosas que odias. Luego escribe sobre las primeras y “mata” las segundas, también escribiendo sobre ellas. Haz lo mismo con tus miedos.




Escribe cualquier cosa vieja que surja en tu mente. Bradbury recomienda “asociación de palabras” para romper cualquier bloqueo creativo, pues “no sabes lo que hay en ti hasta que lo pruebas”.


Poco se puede añadir, salvo: Lee, escribe, escribe, lee y sobre todo, disfrútalo.

lunes, 21 de abril de 2014

BOOK TAG ESPECIAL DÍA DEL LIBRO



Con el Día del libro en la puerta, me uno a este genial Book Tag, promovido por SerendipiaEditorial Sinerrata, con el que nos invitan a escoger unos libros muy especiales.



1. Para el dragón: Porque más allá de la codicia, aún el más fiero dragón querría oír un cuento.



2. Para la princesa: La prometida que merece una buena historia, a ser posible una muy feliz.



3. Para el caballero: Porque no hay caballero más querido para mí que el devoto Coronel Brandon.



4. Para la rosa: Porque nunca hubo otra por la que se hicieran mayores sacrificios.


jueves, 17 de abril de 2014

HASTA SIEMPRE GABO



¿Qué se puede decir respecto a la pérdida de uno de los más talentosos escritores de todos los tiempos? Solo se me ocurre que en gran medida no es una pérdida, no en todo el sentido de la palabra, porque un hombre como Gabo es inmortal; su ausencia física duele, conmueve y golpea, como habremos sentido todos quienes lo admirábamos al conocer la noticia de su muerte, pero su legado trasciende. Quedan sus historias, y estas son eternas, mágicas... Busco y rebusco dentro de mí y no encuentro más palabras para explicar la sensación de vacío que siento; solo puedo pensar en esa frase tan sencilla y conmovedora con que la escritora Ángeles Mastretta se refirió alguna vez a él; me sumo a su belleza y la suscribo.

"Uno quiere a Gabo como a la luna, porque le pertenece a cada quien de distinto modo y a todos tanto como quieran gozarla".


jueves, 10 de abril de 2014

LA EXPERIENCIA DE LEER: C.S. LEWIS



Desde su publicación en 1961 este pequeño ensayo sobre La experiencia de leer no ha dejado de ser reeditado al punto de convertirse en un clásico. En él propone C. S. Lewis un «experimento» que procede al revés de lo que es habitual en la crítica literaria: «juzgar la literatura a partir de cómo es leída», no de una clasificación entre «buenos» y «malos» libros, sino entre «buenos» y «malos» lectores. Los hábitos de lectura y los prejuicios asociados a ellos, las distintas maneras de leer y las distintas satisfacciones -ciertas o ilusorias, desinteresadas o egoístas- que cada cual obtiene de la experiencia, son sometidas a un análisis entusiasta y heterodoxo, que consigue exponer con humor, amenidad y brillantez, sin necesidad de caer en el oscurantismo terminológico, la idea primordial de que «cualquiera que sea el valor de la literatura, éste sólo se verifica cuando hay buenos lectores que la leen». El lector al que todo le parece «lento», el que busca «verdades» sobre la vida, o el que lee tan sólo para darse un baño de prestigio son algunos de los modelos a los que pasa revista este ensayo, imprescindible para todo aquel que ame los libros, y aún hoy novedoso y singular.



Cuando supe de este ensayo escrito por C. S. Lewis me dije que debía intentar conseguirlo porque, no solo el título es tentador, sino porque se trata de la obra de un autor al que respeto y admiro mucho. Ahora, esta es una lectura para saborear, analizar y reflexionar acerca de lo que Lewis comparte con nosotros basado en su experiencia, que no es poca; no solo fue un magnífico escritor, sino que fue también profesor de Literatura en Oxford durante muchos años y ello le permite expresarse con claridad acerca de un tema tan interesante.

He leído algunas críticas para este libro y son todas muy positivas, pero no quiero enfocarme en el análisis de sus ideas tanto como en el sentido sencillo que he encontrado en ellas según me he sumergido en la lectura.

Aquí Lewis no habla de buenos o malos libros, algo que aprecio porque ambos términos me parecen terribles; lo bueno y lo malo es subjetivo y depende mucho de nuestros gustos y estos son muy particulares. El autor se enfoca en el buen lector y el mal lector, pero no crean que lo hace con afán crítico, sino meramente analítico, de la misma forma en que explora en los hábitos de lectura y la forma en que nos "alimentamos" de ella, así como les comentaba alguna vez en otra entrada respecto a cómo la lectura se convierte en una forma de enriquecimiento en todo ámbito de nuestras vidas.



Lewis era un hombre muy lúcido, práctico, y bastante respetuoso de sus ideas, así como de la posibilidad de que pudiera estar errado, y comparte sus apreciaciones dejando abierta siempre la opción de estar o no de acuerdo con él. Menciona en su ensayo  algunos libros que son considerados poco apreciados en su momento, y que no tienen mayor éxito, pero que pueden ser verdaderas joyas a ojos del lector correcto. 

Comparte también ciertos términos para definir a los lectores; tales como lectores "mayoritarios" o "populares" y "minoritarios", refiriéndose con los primeros a quienes leen de forma un poco mecánica, por así decir, mientras que los segundos se toman el tiempo necesario para valorar, apreciar, y degustar la riqueza de la lectura; pero dejando en claro que la línea que separa a uno de otro es muy delgada y todos podemos pertenecer a ambos grupos en algún momento de nuestras vidas por distintos motivos. 

Al final, de lo que trata este libro es de hacer un experimento con la mente abierta en la que los lectores nos analizamos a nosotros mismos, nos reconocemos en las palabras del maestro, y reflexionamos acerca de esa experiencia de leer en la que muchas veces nos sumergimos sin reparar en todo lo que implica. Si pueden dar con él, no dejen de leerlo, es una joya y estoy segura de que lo disfrutarán tanto como yo. 



“Queremos ver también por otros ojos, imaginar con otras imaginaciones, sentir con otros corazones (…).Cuando leo gran literatura me convierto en mil personas diferentes sin dejar de ser yo mismo(…).Veo con una miríada de ojos, pero sigo siendo yo el que ve.”

jueves, 3 de abril de 2014

NUNCA OLVIDES: CAROLINA ORTIGOSA



Cuando tienes la vida perfecta que siempre soñaste, no imaginas que un breve momento sea capaz de arrebatarte lo bueno que hay en ella y destrozarte todas tus ilusiones y esperanzas.

Las segundas oportunidades a menudo no son como esperabas, pero… ¿y si la vida te ofrece aquello que más deseas y solo debes estar dispuesto a no dejarlo escapar a pesar de las complicaciones? Sara pasa por un momento difícil en su vida y no sabe cuál es el motivo, tras la fachada de la ignorancia en la que se ve obligada a vivir.

Está a punto de casarse, pero su relación no va tan bien como desearía. Debería estar completamente feliz y poder compartir sus sentimientos con la persona con la que va a pasar el resto de su vida, aunque parece que sus planes no llegarán a hacerse realidad.

Nunca debes cerrarle la puerta al destino, ya que de un modo u otro, siempre te alcanzará. Si tu intuición y tu corazón se ponen de acuerdo para decirte algo, deberías hacerles caso…

Siempre.



Esta es una novela que llegó a mí gracias a El club de las escritoras y, desde luego, gracias a su autora, por darme la oportunidad de disfrutar de ella.

Nunca olvides es una novela romántica con una fuerte carga sentimental en la que el camino de la protagonista se muestra desde un inicio como uno ya trazado hasta que circunstancias ajenas a ella vuelcan sus planes y la obligan a replantearse el futuro. 

Sara es una mujer de fuerte temperamento, segura de sí misma y de lo que quiere en la vida, así como también de la persona con la que ha escogido compartirla. Es uno de esos personajes que puedes encontrar en muchas historias, alguien que piensa puede planificar su vida hasta el más mínimo detalle, con la mejor de las intenciones, y con la seguridad de que cada paso dado le va a asegurar la felicidad. Pero todos sabemos que no es así como funciona la vida. No tenemos mayor control sobre ella que sobre la lluvia que caerá sobre nuestras cabezas cuando menos lo esperamos, y Sara lo descubrirá de la manera más difícil.

Su futuro soñado y planeado al milímetro se desmorona frente a sus ojos pero, y esto es algo que también nos enseña la vida y por lo que debemos estar muy agradecidos, uno nunca debe darse por vencido ni renunciar a la felicidad en los momentos difíciles, sino permanecer con el corazón abierto a fin de encontrar una fuente de alegría donde menos se espera.

La novela está narrada de forma impecable, la construcción de los personajes es muy buena y, aunque los acontecimientos son fáciles de adivinar, ello no le resta encanto a la trama. Muy recomendada para cuando deseamos obsequiarnos con un tiempo de lectura ligera y sentimental que nos procurará también algunos momentos de reflexión.