Bueno, ya casi se acaba el año y llegan los momentos de dar una mirada atrás, para saber qué ha pasado, aprender de ello, o simplemente recordar.
De por sí no acostumbro hacer balances propiamente dichos, no creo que el final de un año marque necesariamente muchos cambios, pero es indudable que al ser la vida cíclica, todo nuevo inicio puede traer muchas cosas, sean estas iguales, buenas, malas...
Entonces, dándole una mirada al 2012, a los meses recorridos casi sin darme cuenta a decir verdad, porque todo ha pasado muy rápido, llego a varias conclusiones.
Que sin importar cuántas cosas buenas puedan pasarte en la vida, todo es eclipsado siempre por la pena de perder a alguien a quien amas. Que sin importar cuántos motivos tengas para sonreír, por dentro siempre tendrás clavada la espina de la pena. Pero esto no es tan malo, he aprendido que la pena es algo con lo que se aprende a convivir, se convierte en una compañera, es cosa de hacerle un lugar y continuar, porque al fin y al cabo las penas son parte de la vida y por raro que pueda sonar, son ellas las que muchas veces te dan el empujón que te hace falta para tener el valor de hacer cosas que en otras circunstancias quizá nunca te hubieras atrevido.
Este es mi caso, porque empecé a ver las cosas desde otra perspectiva, pensando un poco más en lo que deseaba para mi vida más allá de las obligaciones, planteándome la idea de si sería capaz de salir adelante en aspectos de mi futuro en los que antes no había pensado mucho, y con esto me refiero a la escritura.
Ahora, pienso en lo que he hecho y si bien sé que me resta un gran camino por recorrer, me da gusto haber dado el pistoletazo de salida y no haberme quedado paralizada, sino haber corrido, quizá a tropezones, quizá con una que otra caída, pero lo importante es levantarse.
Este año, apenas hace un mes y días, subí la novela En busca de un hogar a Amazon, he recibido reseñas muy generosas, y estoy atenta a los consejos para mejorar en todo sentido. Tengo proyectos para el futuro, tan pronto como pueda darme un poco de tiempo, pero siempre por la misma línea, y estoy convencida de que no abandonaré el sueño de continuar con mi propia búsqueda, que es la de cumplir mis sueños.
Tuve el inmenso privilegio de participar en la Antología Navideña del Club de las escritoras, Pasión de Navidad, por lo que estoy muy orgullosa. El libro tiene buena acogida, lo que es genial, porque está hecho con mucho cariño y dedicación.
Me uní también a la iniciativa de Marie April y su blog Kiss A Book para una recopilación de relatos Navideños junto a muchos autores a los que conozco y respeto, que por cierto pueden descargar de forma gratuita. Su nombre es Susurros de invierno.
Así que no me ha faltado actividad en estos últimos meses del año, de modo que será cosa de seguir con mucho ánimo, paciencia, y sobre todo, entrega.
Espero que el año que viene sea bueno para todos. Que más allá de las dificultades, que nunca van a faltar, cuando termine, podamos mirar atrás, y así como habrá cosas por las cuales lamentarnos, podremos vernos también a nosotros mismos y comprobar que somos mejores personas, y eso es lo mejor que nos podría pasar. Les deseo salud, paz, y mucha felicidad.
¡Feliz 2013 para todos!