A Hazel y a Gus les gustaría tener vidas más corrientes.
Algunos dirían que no han nacido con estrella, que su mundo es injusto. Hazel y
Gus son solo adolescentes, pero si algo
les ha enseñado el cáncer que ambos padecen es que no hay tiempo para lamentaciones,
porque, nos guste o no, solo existe el hoy y el ahora.
Y por ello, con la intención de hacer realidad el mayor
deseo de Hazel -conocer a su escritor favorito-, cruzarán juntos el Atlántico
para vivir una aventura contrarreloj,
tan catártica como desgarradora. Destino: Amsterdam, el lugar donde reside el
enigmático y malhumorado escritor, la única persona que tal vez pueda ayudarles a ordenar las piezas del
enorme rompecabezas del que forman parte...
Me resistí durante mucho tiempo a leer este libro; no porque no lo encontrara interesante, sino porque el tema que toca es duro, y muy doloroso; pero luego de que saliera la película y ante tantas recomendaciones me dije que era un buen momento para animarme con él y poder opinar con conocimiento. Al ser tan cortito, o al menos así me lo ha parecido, no ha durado más de dos días y puedo decir que visto como un todo es muy bueno.
Menciono lo de "visto como un todo" porque hay aspectos que no me han convencido o con los que no he llegado a sentir una afinidad especial, lo que es un tema estrictamente personal; todos no percibimos las cosas de la misma forma ni se nos toca la fibra sensible de acuerdo a normas. Confieso que el hecho de que sea una historia juvenil me tenía un poco nerviosa porque no es un género que acostumbre leer y honestamente los amores adolescentes me resultan un poco pesados; será que fui una adolescente peculiar y tengo problemas para sentir empatía por ciertos aspectos de relaciones que no encuentro del todo maduras. Sin embargo, pronto pude dejar estas preocupaciones de lado porque aunque se hable mucho acerca de la importancia del amor en esta novela, en verdad creo que ocupa un lugar preponderante, sí, pero no referido a un amor romántico tal y como se acostumbra idealizar.
La relación entre nuestra protagonista, Hazel, y Augustus, ese muchacho salido de la nada que marca su vida de forma tan especial, tiene un tinte de amistad entrañable que me conmovió mucho; son dos almas nobles, sufridas, que se resisten a ese destino cruel que les ha tocado en suerte, que no lo aceptan y que buscan refugio el uno en el otro porque se entienden y comparten una humanidad admirable. Ese es, a mi parecer, el mejor amor que puede encontrar una persona en su vida.
La relación de Hazel con su entorno, la forma en que vive su enfermedad, su sentido del humor tan negro y delicioso... eso es lo que más me ha gustado del libro. El autor trata con agilidad y sin rebuscamientos un tema que golpea, con el que cualquiera de nosotros puede sentirse identificado, y creo que en cierta forma educa. Lo digo porque a pesar de que el cáncer es una enfermedad de la que se sabe mucho a nivel técnico, a veces dejamos de lado el tema humano de la misma; lo que pueden sentir quienes la padecen, la lucha de los familiares por mantenerse a flote, las muchas ideas equivocadas e idealizadas que tenemos acerca del tema; en fin, Green no se deja nada y nos retrata una historia conmovedora y al mismo tiempo divertida, por contradictorio que pueda parecer.
En conclusión, recomiendo mucho esta historia, creo más allá de géneros favoritos, edades, o intereses, todo el mundo puede apreciarla y aprender algo de ella.
Les he hablado acerca de El club de las escritoras de la pluma azul, un espacio en el que diversas autoras reflexionamos acerca de muchos aspectos relacionados con la escritura. Pueden encontrar entradas respecto al proceso de publicación, el papel que juegan las editoriales en la actualidad, el proceso creativo... en fin, una serie de temas interesantes. Hace unas semanas, me tocó el turno de preparar una entrada, y se me ocurrió que podría tratar acerca de algo que con frecuencia menciono por aquí, la creatividad al escribir y cuán profundo puede ser este proceso para el autor. Ahora quiero compartir ese texto con ustedes por aquí, en gran medida porque fue inspirado por una charla fascinante dada en TED por la autora Elizabeth Gilbert que en su momento me encantó y que creo cuenta con una lucidez maravillosa.
Elizabeth Gilbert es una autora estadounidense que ha
escrito novelas, ensayos, cuentos, entre otros; sin embargo, el libro que la
catapultó a la fama, y que si no han leído, sin duda han oído hablar de él, o
visto la adaptación cinematográfica, es Come, reza, ama, ese súper Best Seller
que aún hoy está tan bien considerado. Bien, Elizabeth dio una charla TED en
agosto del 2012 en la que explora el proceso creativo y comparte una serie de
preguntas que como autora se ha hecho muchas veces, en especial luego del éxito
de su novela.
Voy a dejarles el video subtitulado de la charla para que lo
vean si así lo desean, se los recomiendo mucho; son apenas veinte minutos que
se pasan volando y es una delicia escucharla, pero antes de eso quiero
compartir algunas de las cosas que he
absorbido y procesado de él y que espero les impacten tanto como a mí.
Elizabeth empieza esta charla presentándose como escritora y
reconociendo que esta actividad es el gran amor de su vida, así como el hecho
de que el tremendo éxito que tuvo su novela Come, reza, ama, causó un gran
impacto en su vida, ya que se vio de pronto en un momento crítico que habrán
experimentado todos aquellos creadores que de pronto conocen un éxito en parte
inesperado. En este punto es imposible no preguntarse: "¿Y ahora qué?"
¿Cómo enfrentar el proceso creativo con bríos si todo el mundo te dice que posiblemente no puedas escribir algo mejor
que lo ya conocido? ¿Da miedo? O si aún no has conocido el éxito propiamente
dicho, ¿acaso todos los que decidimos escribir no nos enfrentamos al temor de
dar ese paso tan decisivo en nuestras vidas? Nunca he estado en el lugar de
Elizabeth, no tengo ni idea de si ocurra alguna vez, pero tengo algo claro, y
es que el miedo es bueno. El miedo te mantiene vivo, despierto, y de alguna forma
te recuerda que no estás por encima de nada ni nadie; te hace más humano que
nunca.
Y es respecto a la humanidad del escritor que Elizabeth
explora un tema muy interesante y que da
título a su charla, porque se refiere con frecuencia a ese "genio de la
creatividad". En la antigüedad, se consideraba que el proceso creativo no
pertenecía tan solo al ser humano; el pintor, escritor, compositor, etc,
dependía de demonios, como se les llamaba en Grecia, o genios, lo que prefiero,
como les llamaban los romanos. Estos entes, por llamarles de alguna forma,
influían en el creador de tal forma que el proceso podía considerarse un trabajo compartido, y la idea es
brillante. Y es una verdadera lástima que con el pasar de los siglos se haya
perdido esta noción, porque como menciona Elizabeth en su charla, de un tiempo
a esta parte el escritor adopta una actitud de ente omnisciente que lo
convierte en esclavo de su genio, ese que en realidad debería ser un compañero
al cual apelar cuando lo necesitamos, acogerlo a fin de ir de la mano durante
el proceso de creación.
Ojo, no digo que un escritor deba quedarse cruzado de brazos
frente al computador esperando que un duende, elfo o cualquier otra criatura
sobrenatural se presente ante nosotros y nos haga el trabajo mientras tomamos
una siesta; nada de eso. Soy una ferviente creyente de las palabras de Stephen
King respecto a que el proceso de escritura es un trabajo arduo que requiere
disciplina y buenos nervios. Sin embargo, la idea de quitarle solemnidad a una
actividad que requiere tanto de nosotros; nuestra mente, corazón, sin contar la
gran carga emocional que implica, en verdad tranquiliza y nos confiere cierta
libertad para escribir sin esa excesiva presión que a la larga puede
lastimarnos tanto como a nuestra obra.
Al final, la escritura es un trabajo de por vida, no existe
una edad de jubilación; es algo que forma parte de nosotros y lo hará hasta el
último aliento, así que el poder vivir esta experiencia con alegría, desenfado,
amor, y sobre todo, compromiso, es realmente una oportunidad que todos debemos
estar dispuestos a aceptar y celebrar sin permitir que jamás se convierta en
una carga.
Bueno, dejo de hablar, o escribir, y comparto el video. En
serio, si pueden verlo en algún momento, no dejen de hacerlo, estoy segura de
que lo amarán. Siéntanse libres de callar la música o llevarse el enlace y darle una mirada cuando lo prefieran, pero no se lo pierdan, es fantástico.
Un periodista recibe una propuesta para investigar la
azarosa vida de su bisabuela, una mujer de la que sólo se sabe que huyó de
España abandonando a su marido y a su hijo poco antes de que estallara la
Guerra Civil. Para rescatarla del olvido deberá reconstruir su historia desde
los cimientos, siguiendo los pasos de su biografía y encajando, una a una, todas
las piezas del inmenso y extraordinario puzzle de su existencia.
Marcada por los hombres que pasaron por su vida -el
empresario Santiago Carranza, el revolucionario Pierre Comte, el periodista
estadounidense Albert James y el médico militar vinculado al nazismo Max von
Schumann-, la vida de Amelia Garayoa es la de una mujer que aprendió que en la
vida no se puede volver sobre el pasado para deshacerlo. Desde la España
republicana hasta la caída del Muro de Berlín, pasando por la Segunda Guerra
mundial y los oscuros años de la Guerra fría, esta burguesa y revolucionaria,
esposa y amante, espía y asesina, actuará siempre de acuerdo a sus principios,
enfrentándose a todo y cometiendo errores que no terminará nunca de pagar.
Memoria de un siglo convulso, caracterizado por la barbarie
de los totalitarismos, esta obra es una vuelta de tuerca en la trayectoria de
una de nuestras novelistas más internacionales. Dime quién soy sorprende por su
dramatismo e instrospección, por su intriga y por sus emociones a flor de piel.
Una aventura desgarradora y cautivadora que tiene unos personajes
excepcionalmente perfilados y literariamente inolvidables.
La esperada nueva novela de Julia Navarro es el magnífico
retrato de quienes vivieron intensa y apasionadamente un siglo turbulento.
Ideología y compromiso en estado puro, amores y desamores desgarrados, aventura
e historia de un siglo hecho pedazos, esta novela no sólo hechizará a los
lectores de Julia Navarro sino que fascinará a todos aquellos interesados en
nuestra propia historia.
Pensé mucho antes de comprar este libro, no porque no me pareciera que tiene una sinopsis muy interesante, sino porque el hecho de que cuenta con algo de mil páginas me puso en guardia. Empezar una novela tan extensa de una autora a la que nunca has leído siempre genera reservas, pero me rendí pronto y decidí darle una oportunidad, bien podría ir a paso lento si me resultaba un poco pesada. Bueno, pues para mi tremenda fortuna no ha sido así y puedo decir que lo he pasado muy bien con la historia, que me duró poco considerando su extensión y que definitivamente repetiré con cualquier otro libro de Julia Navarro que tenga la fortuna de encontrar.
Las razones de por qué el libro engancha son, creo, bastante sencillas. Nos presenta una historia narrada con agilidad y buen ritmo, y que desde el comienzo intriga mucho. Guillermo, un periodista desempleado y que necesita dinero con desesperación, acepta a regañadientes el encargo de una tía que le contrata para que descubra el pasado de la que fue su abuela; es decir, la bisabuela de Guillermo. De ella no se sabe nada, salvo que abandonó a su marido e hijo siendo este apenas un bebé y que no dio más señales de vida. Por algún motivo, la tía de Guillermo decide que quiere conocer qué fue de ella y es entonces cuando se inicia la aventura para descubrir su rastro.
En sí resulta imposible no sentir curiosidad según se van pasando las páginas y nos vamos encontrando con la que fue la vida de la abuela de Guillermo, una existencia plagada de errores, intrigas, mentiras, muchos arrepentimientos, pero sobre todo, de historia, y ese es un punto que a mí, como amante del pasado, me seduce. Encontré muy interesante la forma en que la autora nos va narrando la historia de la protagonista gracias a investigación de su bisnieto, cómo este debe entrevistarse con todo tipo de personas alrededor del mundo, literalmente, para seguirle la pista; es casi como formar parte de la búsqueda del tesoro sin estar segura de cuál será el próximo personaje que nos echaré luces acerca de nuestra protagonista, y en qué ciudad lo encontraremos.
Quizá el único "pero" que le pondría a la historia es precisamente aquel que me llevó a empezarlo con tantas reservas, y es que considero que es extenso de forma innecesaria, que mucho de lo que se ha narrado se hubiera podido contar sin que hiciera falta explayarse tanto en cada detalle; pero como en ningún momento he dejado la lectura, ni me ha resultado pesada, en realidad considero que es más bien un tema de percepción, habrá a quienes les parezca que tiene las páginas justas y necesarias.
Si tuviera que resaltar algo que me ha gustado de forma particular, es que me he sentido transportada a otro tiempo y lugares de lo que sabía poco. Por ejemplo, la Guerra Civil que asoló a España, es materia de estudio por aquí, pero de forma muy ligera y era mucho lo que se me escapaba; ahora tengo las cosas un poco más claras y me encantaría profundizar en el tema. El Nazismo, La Guerra Fría, la situación de los países de Europa en este contexto... en fin, se trata de todo un poco sin que resulte abrumador o nos veamos sobrepasados por la información.
Obviamente, el libro me ha encantado y lo recomiendo mucho; es casi una lección de historia narrada de forma ágil en la que no faltan misterios e intrigas que te mantienen expectante.