jueves, 25 de abril de 2013

QUÉ COSAS PASAN, JANE



Quizá sea un poco tonto hacer una entrada por esto, pero me ha emocionado muchísimo darme hoy con la sorpresa de que mi novela, En busca de un hogar, se encontrara ubicada en el segundo lugar de Best Sellers en la categoría de Romance Histórico, y más por este hecho en sí, porque estaba un lugar debajo de mi escritora y mi obra más querida, Orgullo y Prejuicio, comprenderán que no podría estar más emocionada. 

Sé que los rankings son variables, que esto cambia en cuestión de minutos, pero como dicen por allí, pues nadie me quitará este momento tan bonito que comparto con ustedes porque son muy buenos amigos que me apoyan en todo momento, y les estoy muy agradecida. Desde luego, dejo captura hecha para la posteridad.


lunes, 22 de abril de 2013

¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!



Esta es una entrada muy cortita, pero muy especial. La escribo para felicitarles por el Día del libro, uno de mis favoritos en el año, porque todos los que amamos la lectura sabemos lo importante que es para nosotros el celebrar a esos viejos amigos que tantas alegrías nos han dado, y soñar con aquellos que aún no conocemos, pero que es seguro muy pronto vendrán a nuestro camino y se convertirán, como los otros, en compañeros entrañables de aventuras. 

Los libros son mágicos, estoy segura de eso, tan solo debemos permitir que esa magia entre en nosotros. Son como seres durmientes a los que nosotros damos vida al abrirlos, y ellos nos lo agradecen obsequiándonos lo más hermoso que podríamos desear; la capacidad de soñar.



Hay tantas frases hermosas para celebrar la maravilla que significa un libro, tantas palabras dichas por hombres y mujeres brillantes a lo largo del tiempo, pero ahora voy a compartir una frase en particular de una gran autora, Cecilia Ahern, porque creo que sintetiza lo que yo siento por cada libro que me ha encontrado, de la misma forma en que yo le he encontrado a él. En verdad, como ella dice, los libros son mágicos y salen a nuestro camino de las formas más curiosas, pero siempre con la mejor de las intenciones.

Muy feliz día del libro, queridos amigos.



"Creo en la magia de los libros. Creo que durante ciertos períodos de nuestra vida nos atrae un libro en particular; ya sea paseando por los pasillos de una librería sin la menor idea de qué es lo que queremos leer, y de repente nos encontramos con ese perfecto, el libro más adecuado mirándonos a la cara. Sin pestañear. O tendremos la oportunidad de encontrarnos con un extraño o un amigo que nos recomendará un libro que normalmente no escogeríamos. Los libros tienen la capacidad de encontrar su propio camino en nuestras vidas. "



miércoles, 17 de abril de 2013

PALABRAS...



Creo haber comentado alguna vez lo mucho que aprecio y respeto la obra de Virginia Woolf, y aún más, a Virginia como persona, creo que fue una mujer increíble, adelantada a su época, un ser tan lleno de brillantez y sabiduría que quizá no pertenecía del todo a este mundo. Nos ha legado tantas maravillosas historias que, podrán pasar muchos siglos y estoy segura de que seguirá presente en la mente de las generaciones futuras. Creo que de sus obras, mi favorita es En un cuarto propio, una oda a la mujer y la escritura, un análisis precioso de lo que significa escribir, aún cuando fuera hecho en sus tiempos, cuando las cosas eran tan diferentes a lo que son ahora.

Pero esta entrada es para compartir un texto suyo que alguien compartió conmigo en estos días. En realidad, es una grabación, creo que la única que existe de su voz, o al menos en la que lee algo escrito por ella misma y quizá ya la hayan escuchado. Es una colaboración para la BBC pocos años antes de que muriera.

La voy a poner aquí al final, me temo que está toda en su idioma original, pero la he encontrado traducida y  es sencillamente magnífica, como todo lo escrito por esta gran autora. Habla de las palabras de modo tan preciso, tan perfecto, que es casi mágico y creo que ustedes lo podrán apreciar, además de que estoy segura, van a disfrutar tanto como yo el oír su voz, algo que me emocionó mucho.

Les dejo, entonces, este texto de Virginia, sé que significará tanto para ustedes como para mí, somos todos amantes de las palabras.



Las palabras, las palabras del inglés, están llenas de ecos, de memorias, de asociaciones. Han estado por todas partes: en los labios de la gente, en las calles, en sus casas, en los campos, por tantos siglos. Y esa es una de las principales dificultades para escribirlas hoy: están llenas de otros significados, de otras memorias, y han contraído muchos matrimonios famosos en el pasado.

En los viejos tiempos, por supuesto, el inglés era una nueva lengua, los escritores podían inventar nuevas palabras y usarlas. Hoy en día, es bastante fácil inventar nuevas palabras -brotan a los labios cuando vemos una nueva vista o tenemos una nueva sensación- pero no podemos usarlas porque el inglés es una lengua vieja. No se puede usar una palabra nueva en un lenguaje viejo por el hecho tan obvio pero siempre misterioso de que una palabra no es una entidad distinta y separada, sino parte de otras palabras. En efecto, no es una palabra hasta que no es parte de un enunciado. Las palabras pertenecen las unas a las otras...

Combinar nuevas palabras con viejas palabras es fatal para la constitución de un enunciado. Para poder usar nuevas palabras con propiedad se debe inventar todo un nuevo lenguaje, y eso, aunque sin duda llegará, no es por el momento nuestro asunto.

¿Cómo podemos combinar las viejas palabras con nuevos órdenes para que puedan sobrevivir, para que creen belleza, para que digan verdad? Ese es el dilema.

Son la más salvaje, libre, la más irresponsable, la más inenseñable de todas las cosas. Por supuesto, puedes atraparlas y distribuirlas y colocarlas en orden alfabético en los diccionarios. Pero las palabras no viven en diccionarios. Viven en la mente. Si se quiere una prueba de ello, que se considere cuán seguido, en momentos de emoción, cuando más necesitamos las palabras, no encontramos ninguna. Y sin embargo, ahí está el diccionario; ahí, a nuestra disposición, está medio millón de palabras, todas en orden alfabético. Pero, ¿podemos usarlas? No, porque las palabras no viven en diccionarios, viven en la mente.

Todo lo que podemos decir sobre ellas, conforme nos aparejamos con ellas a la orilla de esa caverna honda, oscura y apenas iluminada en la que viven -la mente-, todo lo que podemos decir de ellas que es que parece gustarles la gente que piensa antes de usarlas, y que siente antes de usarlas, pero no piensa y siente sobre ellas, sino sobre algo completamente diferente. Son altamente sensibles, y fácilmente se incomodan y apenan. No les gusta que se discuta su pureza o impureza.

Son muy democráticas, también. Piensan que una palabra es tan buena como la otra, y las palabras mal educadas tan buenas como las educadas, y las incultas tan buenas como las cultas: no hay rangos ni títulos en su sociedad. Tampoco les gusta ser elevadas en el punto de una pluma y examinadas por separado. Se pasean juntas, en enunciados, en párrafos -a veces en páginas enteras a la vez. Odian ser útiles, odian hacer dinero, odian que se les den lecciones en público. En pocas palabras, odian cualquier cosa que les estampe un significado o las confine a una actitud, pues su naturaleza es cambiar.

Quizá esa sea su mayor peculiaridad: su necesidad de cambio. Es porque la verdad que tratan de atrapar tiene muchos tamaños, y la transportan adquiriendo muchos tamaños, corriendo para aquí, luego para allá. Por eso, significan una cosa para una persona, otra cosa para otra persona; son ininteligibles para una generación, directas como una lanza para la siguiente. Y es por esta complejidad, este poder para significar distintas cosas para distintas personas, que sobreviven. Quizás, entonces, una razón por la que no tenemos un gran poeta, novelista o crítico que escriba hoy es que nos negamos a permitir a las palabras su libertad. Las encajamos en un significado, su significado útil, el significado que nos hace llegar al tren, el que nos hace pasar el examen.


El video, completo, es este.


lunes, 8 de abril de 2013

UNO, DOS, TRES, PROBANDO...



Un título nada original para una entrada muy sencilla, pero me pareció apropiado y ya verán el porqué.

Como algunos ya saben, tuve la suerte de ser entrevistada por La Universal Radio el último viernes y fue una experiencia genial. El solo hecho de que me contactaran fue muy emocionante, pero como soy un manojo de nervios, estaba muy preocupada de si podría estar a la altura y no quedarme en blanco, pero no fue así, gracias en gran medida a las personas que estuvieron dándome ánimos todo el tiempo. Ni siquiera los problemas tecnológicos nos impidieron llevar la entrevista a buen puerto, y ahora quiero compartirla con ustedes, ya completa y con mágicos arreglos para corregir algunos molestos sonidos que se dieron durante la transmisión en vivo.

Aquí mi voz, para bien o mal, algunas menciones a personas muy importantes para mí, autores queridos, datos de En busca de un hogar, adelantos de lo que se viene y algunas cosas más que gracias a las preguntas en línea me pusieron en muy bien recibidos apuros, porque pude responder interrogantes a las que quizá no les había dedicado una debida atención.

Dejaré el enlace aquí y también en el sidebar para poder oírla en cualquier momento, y también como un lindo recuerdo, claro.

Gracias a quienes me acompañaron, a las chicas de la radio, a todos. Y, de nuevo, para bien o mal, esta es mi voz.