Para no faltar a la tradición, hoy traigo las que considero mis mejores lecturas del año que pasó. Fue difícil escoger las que tuvieron un significado especial para mí, por lo que me considero afortunada, pero lo logré y sin orden en particular, aquí las tienen.
Carta de una desconocida, de Stefan Zweig: En realidad este libro lo leí hace ya un par de años, pero no lo tenía entre mis lecturas de Goodreads y decidí que esa era una excusa tan buena como cualquier otra para leerlo de nuevo. Zweig es un narrador maravilloso y en esta novela, que es muy breve, profundiza de una forma extraordinaria en el alma de esta mujer que sufre por amor y que nos narra su historia con crudeza. Una novela bellísima.
El último Catón de Matilde Asensi: Este año tuve la dicha de descubrir a Matilde Asensi y quedé enamorada de su pluma. Luego de recibir la recomendación de un amigo librero para que leyera El último Catón, me fui de cabeza con él y me alegra que así haya sido. Soy muy fan de estas novelas que mezclan la historia con la intriga y la búsqueda de tesoros a la par que se hacen los descubrimientos más sorprendentes. Para mí, Matilde Asensi le da mil vueltas a autores como Dan Brown, por ejemplo, y tanto su estilo como la labor de documentación que deja en evidencia en sus historias son admirables.
Brooklyn de Colm Tóibín: Leí de Tóibín que tiene la capacidad de atisbar en la conciencia de sus personajes y eso es lo que ofrece al lector. Tras haber leído Brooklyn, y luego El testamento de María, no puedo estar más de acuerdo. Leerlo es como sumergirse en el alma de las mujeres que protagonizan estas dos historias y en el caso de la primera en particular, una inmigrante irlandesa en Estados Unidos en sus tiempos más difíciles; es sencillamente conmovedor.
La canción de Annie, de Catherine Anderson: Esta fue mi última lectura del año, una hermosa historia romántica de una autora que me recomendaron mucho y que disfruté aún más de lo que esperaba. Me he encontrado con dos personajes extraordinarios, un contexto tremendamente complicado y una narración exquisita. Espero hacer una reseña en condiciones, pero desde ya digo que la recomiendo mucho.
El jinete de bronce de Paullina Simons: Este libro era uno de mis grandes pendientes y me alegra haberme puesto el último año con él. La historia de Tatiana y Alexander es maravillosa y al mismo tiempo una lección de historia rusa que no puede menos que fascinar a cualquier lector.
La canción de Aquiles de Madeline Miller: Este fue uno de los descubrimientos del año. Amante de la mitología griega como soy, bastó con saber de qué iba esta historia para que me picara la curiosidad, pero nunca imaginé que me encontraría con algo tan bonito. Todos los acontecimientos narrados en La Ilíada están retratados aquí de la mano de una historia de amor maravillosa. Súper recomendado.
La lección de August de R. J. Palacio: Esta es una novela encantadora, de esas que te tocan la fibra sensible y permanecen por mucho tiempo en tu corazón. El niño protagonista es, tal y como declara el título original, extraordinario, y solo por eso vale mucho la pena leerlo.
Por amor al arte, de Sharon Biggs: Esta fue también una de mis últimas lecturas, una novela ambientada en la Era Eduardiana y que transcurre en los convulsionados tiempos en que las sufragistas luchaban en Inglaterra para obtener el derecho al voto. Ha sido una sorpresa muy agradable porque aunque el tema en sí me apasiona no sabía con qué me iba a encontrar; pero esta lectura colmó todas mis expectativas con una protagonista valiente, una documentación de parte de la autora impresionante y una historia de amor encantadora.
El color púrpura de Alice Walker: Esta fue también una lectura muy especial para mí este año. Dura, conmovedora, de esas que te golpean como un derechazo en el estómago que agradeces porque no puedes creer que hayas podido pasar tanto tiempo sin conocer semejante historia. La recomiendo mucho.
El corazón de una condesa de Elizabeth Bowman: Esta fue una lectura muy especial porque tengo el gusto de considerar a su autora una querida amiga y soy, sobre todo, muy fan de su estilo, de modo que conocer esta historia que supone un paso tan importante para ella fue todo un acontecimiento. Me encantó conocer la historia de esta condesa tan valiente y ser testigo de su crecimiento a la par que conocía el amor.
Bajo del puente de los vientos de J. de la Rosa: Esta lectura fue también una sorpresa, y veo que el año pasado tuve varias. ¡Bien por mí! Había leído cosas muy buenas respecto al autor, pero tardé un poco en ponerme con uno de sus libros y lo lamento porque me he estado perdiendo de una pluma estupenda. Bajo el puente de los vientos es una novela romántica histórica estupenda y no tiene pierde.
Y bueno, allí están. Espero que el 2018 sea igual de generoso con las lecturas que se irán presentando y desde luego confío en poder continuar compartiéndolas con ustedes porque eso siempre las hace más especiales.