Elisabeth Holmes parece una simple debutante, pero lo que
nadie sabe es que tras su delicada apariencia se esconde un detective privado
que trabaja para las damas de la alta sociedad londinense. Su último encargo es
Edward Sinclair, conde de Carlyle, un hombre frío y distante que, como ella,
esconde sus secretos en las sombras de la noche. Ambos descubrirán que ninguno
es lo que realmente aparenta, aunque ya será tarde para esconder el deseo que
despiertan el uno en el otro.
Hace unas semanas me hice con este libro, al que le tenía muchas ganas, por cierto, y lo he pasado genial con él. Quien me conozca sabe que mis géneros favoritos son el histórico y el romance, y si encuentro un libro en que ambos vayan de la mano no puedo estar más contenta. Justo venía de terminar los tres primeros libros de la saga de los Cazadores de sombras, que ya les contaré cómo me fue con ellos y el leer esta novela me vino genial para cambiar de aires lectores, por así decir.
Para empezar, y aquí comentaré algo que por lo general no menciono, pero que en este caso no puedo dejarlo pasar. ¿No es la portada de este libro una preciosidad? Desde que la vi me enamoré de ella y la sinopsis me pareció tan interesante que supe que debía leerla. Además, y ya en plan de gustos personales, el hecho de que la protagonista de la historia tenga aficiones detectivescas y se apellide Holmes fue como un canto de sirena para mí; quien me conozca un poco sabe de mi amor por Sherlock, así que este guiño me hizo mucha ilusión.
Lo que más he disfrutado de la historia, creo, es el hecho de que los protagonistas son dos personajes fuertes, con una personalidad bien trazada y que tienen una vida propia más allá de esa relación amorosa que se va desarrollando según avanza la historia. Ambos saben lo que quieren, lo tienen clarísimo, y actúan en consecuencia, y eso me encanta. Elisabeth es una chica fuera de lo común para la época, por así decir, no solo no le seduce la idea del matrimonio al grado de huir de él tanto como le es posible, sino que tiene un secreto, y es uno grande, en particular para los tiempos que corren; es también una detective con cierto renombre que actúa en las sombras y que se ve un día frente a la obligación de investigar a cierto conde, Edward Sinclair, y digamos que sus descubrimientos se le pueden ir un poco de las manos.
Edward, conde de Carlyle, por otra parte, es también un personaje delicioso con una vida compleja. Es un hombre de su tiempo con las obligaciones y privilegios que su cargo implican, amén de una madre que lo persigue para que se case, lo que no le hace mucha gracia. Pero por otra parte, guarda también algunos secretos, tal y como Elisabeth descubrirá, ya que trabaja para el gobierno como agente secreto, valga la redundancia y desde luego que eso implica también una vida tan peligrosa como interesante.
La relación de los protagonistas es divertida, apasionada, y sobre todo muy sorpresiva porque sus respectivos secretos los ponen en la punta de mira de peligros y unos cuantos malentendidos que le dan mucho juego a la trama y a su historia de amor.
Me ha gustado mucho leer Secretos en la noche, descubrir la historia que se esconde tras la bella portada y conocer al fin la pluma de la autora, que me ha parecido excelente. Muy recomendable para los amantes del género y para quienes quieran disfrutar de una buena historia de amor.