Heme aquí de vuelta, que si bien
no han sido muchos días los que permanecí “perdida en acción”, ahora, al
regresar por estos pagos, me parece como si hubiera pasado mucho tiempo.
Me alegra poder estar nuevamente
en contacto con ustedes, y regreso, en este mundo de letras y pergamino, con una reseña para El club de las escritoras. Si bien no he podido leer tanto como me
hubiera gustado en estos días, fue un verdadero placer el dedicarle tiempo a la
obra que Dulce tan gentilmente me ofreció reseñar, y paso a contarles el porqué
de esto.
Creo que ya he comentado mis
reservas a las novelas de fantasía, y no porque tenga nada en su contra; por el
contrario, disfruto mucho con las buenas historias que me permiten “visitar”
otros mundos, pero me he topado con algunas que no me han permitido adentrarme
del todo en los mundos creados por los autores, y eso es una verdadera lástima.
Sin embargo, últimamente la suerte está de mi lado en lo que a lecturas se
refiere porque lo he pasado genial con Viviendo
en la oscuridad, de Samy S. Lynn.
Comparto primero la sinopsis y
luego paso a dejar mis impresiones.
“Blanco, negro, dulce, salado, todo o nada, bondad o maldad. Todo debe
tener un equilibrio, todos buscamos el punto intermedio entre dos polos
opuestos.
Dicen que en la armonía se encuentra la felicidad. Nuestras decisiones
son tomadas a raíz de poner los pros y contras en una balanza. Dirigimos la
vida gracias a esa balanza que nos indica el lugar medio. Aunque a veces,
realizamos viajes imprevistos para escapar de la rutina o de alguien. Viajamos
a un lugar tan sólo conocido por nombre para realizar un cambio en nuestra
vida.
Huimos con la esperanza de alejarnos del dolor que nos han provocado
desde pequeños.
Descartamos la ilusión de encontrar a nuestro amor verdadero, ese que
nos protege, nos cura, nos ilusiona.
Abandonamos todo con la esperanza de encontrar una balanza que nos
enseñe lo bueno y lo malo de nuestras decisiones, que nos ayude a elegir el
camino correcto.
Dos personas se conocerán en ese viaje.
Elena huye de un novio maltratador, de una familia que la culpa de sus
desgracias. Ella desea hacer el Camino de Santiago para olvidar el pasado, para
crear un nuevo futuro.
Michel llega al Camino de Santiago huyendo de una vida pasada.
Ambos huyen para encontrar esa balanza, pero ¿qué pasaría si esa
balanza corriera peligro?, ¿os imagináis un mundo sin equilibrio? Sería un
universo dominado por los polos opuestos, sería un caos. Hasta ahora ‘La
Balanza’ equilibraba el mundo y estaba protegida. Pero ese tiempo acabó.”
Hasta aquí la idea es muy
atrayente y tiene una buena cuota de intriga, y debo decir, además, que si bien
había leído algo acerca de la autora, no tenía idea de qué trataba exactamente
la novela y me he llevado una muy grata sorpresa.
Elena no sabe qué hacer con su
vida, huye de una terrible relación que le ha dado muchos sinsabores, no tiene
una gran autoestima, se considera “rara” y aún más, ha decidido huir de sus
demonios sin saber que estos no la dejaran partir con facilidad. En el Camino
de Santiago que opta por recorrer, se va a encontrar con más de una sorpresa…
bueno, se encontrará con muchas para ser más exacta. Una serie de personajes, a
cuál más especial, aparecerán en su vida y, sea para bien, o para mal, va a
tener que escoger el camino sencillo o el más difícil, una encrucijada en la
que nos vemos todos en algún momento de nuestras vidas.
Ángeles, semidioses, demonios, y
muchas otras criaturas pasarán a formar parte de su vida y ella irá tomando
decisiones que determinarán su futuro.
Lo que más me ha gustado de esta
historia es que pese a ubicarse en el género de la fantasía, la he sentido muy
“cercana”. Tal vez se deba en gran medida a la destreza de la autora para
presentarnos a diversos personajes con matices muy humanos, aún cuando muchos de
ellos, en realidad, no lo sean en lo absoluto.
Tenemos a una protagonista que es
una mujer de nuestro tiempo, sin artificios, con una historia personal muy
triste, y un pasado doloroso, por lo que es muy natural el sentirnos
inmediatamente atraídos por ella, en especial al acompañarla en su proceso de
crecimiento y sanación. A pesar de verse envuelta bruscamente en toda una
maraña de acontecimientos que al menos a mí me pondrían los pelos de punta,
ella muestra una entereza admirable para hacerles frente.
La historia está narrada en
primera persona, algo que por lo general me pone en guardia, pero aquí no he
tenido problemas para seguir la narración y, casi literalmente, ponerme en los
zapatos de la protagonista, así como ver a través de sus ojos lo que ocurre a
su alrededor y lo que los otros personajes sienten.
A pesar de que la autora nos
presenta a muchos personajes, lo que en otras circunstancias me habría parecido
excesivo, creo que en este caso ha sabido medirse para no profundizar demasiado
en cada uno de ellos y presentarnos lo justo para conocerlos y sacar nuestras
propias conclusiones respecto a su accionar.
Creo que mi única pega a la
historia en sí es bastante subjetiva y no me extrañaría que la mayor parte de
quienes lean la novela no estén de acuerdo conmigo, y es que el personaje
principal masculino no ha terminado de enamorarme, por usar una expresión. Si
bien Michel es, visto por donde sea, un personaje al cual admirar por su valor
y la adoración que muestra por Elena, creo que no logro apreciarlo tal y como
merece porque toda mi atención está puesta en la protagonista, en gran medida
porque es a través de ella que vivimos la historia, lo que quizá provoque
cierta dificultad para empatizar con él.
Obviamente, por como me he
extendido, es una historia que me ha gustado mucho, muy interesante, atrapante
sin duda, y me atrevo a sugerirla no solo a quienes gusten del género de la
fantasía, sino a todos aquellos que disfruten de buenas historias.
Felicidades a la autora, le deseo
todos los éxitos que estoy segura cosechará, y espero una próxima entrega para
saber algo más de estos mundos y sus personajes.