lunes, 22 de abril de 2013

¡FELIZ DÍA DEL LIBRO!



Esta es una entrada muy cortita, pero muy especial. La escribo para felicitarles por el Día del libro, uno de mis favoritos en el año, porque todos los que amamos la lectura sabemos lo importante que es para nosotros el celebrar a esos viejos amigos que tantas alegrías nos han dado, y soñar con aquellos que aún no conocemos, pero que es seguro muy pronto vendrán a nuestro camino y se convertirán, como los otros, en compañeros entrañables de aventuras. 

Los libros son mágicos, estoy segura de eso, tan solo debemos permitir que esa magia entre en nosotros. Son como seres durmientes a los que nosotros damos vida al abrirlos, y ellos nos lo agradecen obsequiándonos lo más hermoso que podríamos desear; la capacidad de soñar.



Hay tantas frases hermosas para celebrar la maravilla que significa un libro, tantas palabras dichas por hombres y mujeres brillantes a lo largo del tiempo, pero ahora voy a compartir una frase en particular de una gran autora, Cecilia Ahern, porque creo que sintetiza lo que yo siento por cada libro que me ha encontrado, de la misma forma en que yo le he encontrado a él. En verdad, como ella dice, los libros son mágicos y salen a nuestro camino de las formas más curiosas, pero siempre con la mejor de las intenciones.

Muy feliz día del libro, queridos amigos.



"Creo en la magia de los libros. Creo que durante ciertos períodos de nuestra vida nos atrae un libro en particular; ya sea paseando por los pasillos de una librería sin la menor idea de qué es lo que queremos leer, y de repente nos encontramos con ese perfecto, el libro más adecuado mirándonos a la cara. Sin pestañear. O tendremos la oportunidad de encontrarnos con un extraño o un amigo que nos recomendará un libro que normalmente no escogeríamos. Los libros tienen la capacidad de encontrar su propio camino en nuestras vidas. "



miércoles, 17 de abril de 2013

PALABRAS...



Creo haber comentado alguna vez lo mucho que aprecio y respeto la obra de Virginia Woolf, y aún más, a Virginia como persona, creo que fue una mujer increíble, adelantada a su época, un ser tan lleno de brillantez y sabiduría que quizá no pertenecía del todo a este mundo. Nos ha legado tantas maravillosas historias que, podrán pasar muchos siglos y estoy segura de que seguirá presente en la mente de las generaciones futuras. Creo que de sus obras, mi favorita es En un cuarto propio, una oda a la mujer y la escritura, un análisis precioso de lo que significa escribir, aún cuando fuera hecho en sus tiempos, cuando las cosas eran tan diferentes a lo que son ahora.

Pero esta entrada es para compartir un texto suyo que alguien compartió conmigo en estos días. En realidad, es una grabación, creo que la única que existe de su voz, o al menos en la que lee algo escrito por ella misma y quizá ya la hayan escuchado. Es una colaboración para la BBC pocos años antes de que muriera.

La voy a poner aquí al final, me temo que está toda en su idioma original, pero la he encontrado traducida y  es sencillamente magnífica, como todo lo escrito por esta gran autora. Habla de las palabras de modo tan preciso, tan perfecto, que es casi mágico y creo que ustedes lo podrán apreciar, además de que estoy segura, van a disfrutar tanto como yo el oír su voz, algo que me emocionó mucho.

Les dejo, entonces, este texto de Virginia, sé que significará tanto para ustedes como para mí, somos todos amantes de las palabras.



Las palabras, las palabras del inglés, están llenas de ecos, de memorias, de asociaciones. Han estado por todas partes: en los labios de la gente, en las calles, en sus casas, en los campos, por tantos siglos. Y esa es una de las principales dificultades para escribirlas hoy: están llenas de otros significados, de otras memorias, y han contraído muchos matrimonios famosos en el pasado.

En los viejos tiempos, por supuesto, el inglés era una nueva lengua, los escritores podían inventar nuevas palabras y usarlas. Hoy en día, es bastante fácil inventar nuevas palabras -brotan a los labios cuando vemos una nueva vista o tenemos una nueva sensación- pero no podemos usarlas porque el inglés es una lengua vieja. No se puede usar una palabra nueva en un lenguaje viejo por el hecho tan obvio pero siempre misterioso de que una palabra no es una entidad distinta y separada, sino parte de otras palabras. En efecto, no es una palabra hasta que no es parte de un enunciado. Las palabras pertenecen las unas a las otras...

Combinar nuevas palabras con viejas palabras es fatal para la constitución de un enunciado. Para poder usar nuevas palabras con propiedad se debe inventar todo un nuevo lenguaje, y eso, aunque sin duda llegará, no es por el momento nuestro asunto.

¿Cómo podemos combinar las viejas palabras con nuevos órdenes para que puedan sobrevivir, para que creen belleza, para que digan verdad? Ese es el dilema.

Son la más salvaje, libre, la más irresponsable, la más inenseñable de todas las cosas. Por supuesto, puedes atraparlas y distribuirlas y colocarlas en orden alfabético en los diccionarios. Pero las palabras no viven en diccionarios. Viven en la mente. Si se quiere una prueba de ello, que se considere cuán seguido, en momentos de emoción, cuando más necesitamos las palabras, no encontramos ninguna. Y sin embargo, ahí está el diccionario; ahí, a nuestra disposición, está medio millón de palabras, todas en orden alfabético. Pero, ¿podemos usarlas? No, porque las palabras no viven en diccionarios, viven en la mente.

Todo lo que podemos decir sobre ellas, conforme nos aparejamos con ellas a la orilla de esa caverna honda, oscura y apenas iluminada en la que viven -la mente-, todo lo que podemos decir de ellas que es que parece gustarles la gente que piensa antes de usarlas, y que siente antes de usarlas, pero no piensa y siente sobre ellas, sino sobre algo completamente diferente. Son altamente sensibles, y fácilmente se incomodan y apenan. No les gusta que se discuta su pureza o impureza.

Son muy democráticas, también. Piensan que una palabra es tan buena como la otra, y las palabras mal educadas tan buenas como las educadas, y las incultas tan buenas como las cultas: no hay rangos ni títulos en su sociedad. Tampoco les gusta ser elevadas en el punto de una pluma y examinadas por separado. Se pasean juntas, en enunciados, en párrafos -a veces en páginas enteras a la vez. Odian ser útiles, odian hacer dinero, odian que se les den lecciones en público. En pocas palabras, odian cualquier cosa que les estampe un significado o las confine a una actitud, pues su naturaleza es cambiar.

Quizá esa sea su mayor peculiaridad: su necesidad de cambio. Es porque la verdad que tratan de atrapar tiene muchos tamaños, y la transportan adquiriendo muchos tamaños, corriendo para aquí, luego para allá. Por eso, significan una cosa para una persona, otra cosa para otra persona; son ininteligibles para una generación, directas como una lanza para la siguiente. Y es por esta complejidad, este poder para significar distintas cosas para distintas personas, que sobreviven. Quizás, entonces, una razón por la que no tenemos un gran poeta, novelista o crítico que escriba hoy es que nos negamos a permitir a las palabras su libertad. Las encajamos en un significado, su significado útil, el significado que nos hace llegar al tren, el que nos hace pasar el examen.


El video, completo, es este.


lunes, 8 de abril de 2013

UNO, DOS, TRES, PROBANDO...



Un título nada original para una entrada muy sencilla, pero me pareció apropiado y ya verán el porqué.

Como algunos ya saben, tuve la suerte de ser entrevistada por La Universal Radio el último viernes y fue una experiencia genial. El solo hecho de que me contactaran fue muy emocionante, pero como soy un manojo de nervios, estaba muy preocupada de si podría estar a la altura y no quedarme en blanco, pero no fue así, gracias en gran medida a las personas que estuvieron dándome ánimos todo el tiempo. Ni siquiera los problemas tecnológicos nos impidieron llevar la entrevista a buen puerto, y ahora quiero compartirla con ustedes, ya completa y con mágicos arreglos para corregir algunos molestos sonidos que se dieron durante la transmisión en vivo.

Aquí mi voz, para bien o mal, algunas menciones a personas muy importantes para mí, autores queridos, datos de En busca de un hogar, adelantos de lo que se viene y algunas cosas más que gracias a las preguntas en línea me pusieron en muy bien recibidos apuros, porque pude responder interrogantes a las que quizá no les había dedicado una debida atención.

Dejaré el enlace aquí y también en el sidebar para poder oírla en cualquier momento, y también como un lindo recuerdo, claro.

Gracias a quienes me acompañaron, a las chicas de la radio, a todos. Y, de nuevo, para bien o mal, esta es mi voz.


 

sábado, 23 de marzo de 2013

Porque siempre viene bien alegrarse un poco...



Quiero hacer esta pequeña entrada para festejar con ustedes los cuatro meses de En busca de un hogar en Amazon, dos de ellos en el Top 100 de los más vendidos, lo que obviamente me tiene muy contenta y también un poco abrumada, pero creo que es una sensación natural. Sé que los libros suben y bajan, que pueden permanecer un tiempo bien ubicados, y luego no tanto, que hay muchos factores de por medio, pero esta alegría de haberme atrevido a hacer algo a lo que le temía tanto, es algo que quiero disfrutar, sobre todo porque siento que toda esta experiencia me ha enseñado mucho, me ha hecho una mejor persona, más fuerte y decidida, menos temerosa, y lo más importante, mil veces más segura acerca de lo que amo hacer, como es escribir. 

Muchas gracias a todos y cada uno de ustedes por ese apoyo constante, por los consejos, los ánimos y todas las buenas vibras que me hacen llegar.

Me despido mostrándoles un precioso regalo que hizo mi querida amiga Laidy Turquesa, de La guarida del libro, ese espacio en el que lo pasamos tan bien quienes amamos leer. Ella, una artistaza, hizo esta hermosa imagen para En busca de un hogar y es sencillamente preciosa. Gracias, Laidy, gracias a todos.




sábado, 16 de marzo de 2013

RESEÑA: CONSTRUIR UNA NOVELA



Generalmente no hago muchas reseñas por aquí, o no de autores clásicos, lo usual es que las suba en mi otro blog, pero ya que este es un lugar abierto con el fin de hablarles de mi gusto por la escritura y todo lo relacionado con lo que sueño poder transmitir en un libro, pues me pareció ideal compartir una obra que me ha enriquecido tanto en lo que a escribir se refiere.

Una amiga me regaló un pequeño librito en las últimas Navidades, y en cuanto vi el título, supe que esa obra y yo seríamos grandes amigos, uno de esos pálpitos que sientes al encontrarte con ese libro que capta tu atención de inmediato y te hace correr a abrirlo para saber de qué va, qué es lo que el autor, o en este caso, autora, quiere contarte. Eso me ha pasado con Construir una novela, de Edith Wharton.



 Wharton fue una novelista, crítica literaria y decoradora nacida en Nueva York; su obra más conocida es La edad de la inocencia, y confieso que es muy poco lo que sabía de ella, hasta que Construir una novela llegó a mis manos. Es un libro pequeñito, y de pocas páginas, pero una joya a mis ojos; se compone de una serie de textos en los que Wharton hace un análisis profundo de la estructura de una novela, desde el momento en que aparece un personaje, pasando por el desarrollo de la obra, los diálogos, la extensión, hasta ese ansiado final. La última parte del libro está dedicado a analizar la obra de Marcel Proust de forma tan profunda que es una delicia leerla.

Pero lo que más me ha "tocado", por usar una expresión, es todo lo relacionado con la novela y el proceso de creación. Este no es un manual acerca de cómo la autora piensa que una historia debe escribirse, no se dejen engañar por el título; lo que Wharton consigue es llevarnos a reflexionar acerca de todos y cada uno de esos aspectos tan importantes al escribir, de modo que según la leemos es muy difícil que no analicemos qué sentimos nosotros  al hacerlo y qué se podría, quizá, mejorar.

Como es un libro pequeño, me permito transcribir unas cuantas  frases de las muchas que me han gustado.



"La impresión producida por un paisaje, una calle o una casa debería ser para siempre, para el novelista, un acontecimiento en la historia de un alma, y el uso del "pasado descriptivo", y su estilo, debería estar determinado por la necesidad de describir solamente lo que la inteligencia en cuestión habría observado, y siempre de acuerdo con la percepción de dicha inteligencia".



"Para el novelista que vive entre sus creaciones en esta intimidad continua, los personajes deberían ofrecer el relato al autor casi como si este fuera un espectador pasivo".



"Las novelas que son preeminentemente de personajes, y en las que la situación, dramáticamente considerada, se reduce al mínimo, son mucho más fáciles de encontrar. Jane Austen ofreció la norma, el modelo de este tipo. Casi se podría decir de sus relatos que el lector olvida a veces lo que sucede a sus personajes en el recuerdo fascinante e inquietante de sus manías y rarezas, de su pequeña ronda diaria de preocupaciones y placeres. son retratos "que hablan", que le siguen a uno con sus ojos de ese modo extrañamente realista en que lo hacen los buenos retratos, más que personas desordenadas y apasionadas que nos arrastren impetuosamente al embrollo de su tragedia... Tal vez sea Emma el ejemplo más perfecto en la ficción inglesa de una novela en la que el personaje configura los acontecimientos de una forma tan pausada, pero tan irresistible, como un riachuelo va mordisqueando sus orillas".



"El escritor debe tener un registro lo bastante amplio para incluir, en el marco de la ley inalterable, todas las inconsecuencias del deseo humano, la ambición, la crueldad, la debilidad y lo sublime. Debe, sobre todo, recordar a cada paso que su tarea no es preguntar qué es lo que probablemente la situación haría de sus personajes, sino qué es lo que sus personajes, siendo lo que son, harían de la situación".

En verdad que esta es una obra que no debería faltar en la estantería, y mucho menos en el caso de las personas que sentimos inclinación por la escritura, lo recomiendo muchísimo.


lunes, 11 de marzo de 2013

DE TODO UN POCO



El título de la entrada no es muy original, pero sí que es apropiado porque esta es una entrada para, precisamente, contar un poquito de todo.

En primer lugar, quiero darle la bienvenida a todas y cada una de las personas que se han ido sumando al blog en los últimos días, no puedo creer que en tan poquito tiempo contemos con una comunidad tan bonita, porque eso significa cada blog para mí, una hermosa comunidad en las que personas con gusto similares podemos reunirnos, aún a través de la pantalla, y compartir; muchísimas gracias por estar aquí, sean más que bienvenidos.



Quiero compartir con ustedes una recopilación de relatos organizado por el blog Acompáñame, en el que muchos autores han escrito preciosas historias. El título del libro es Sin espinas y puedes descargarlo pasando por aquí; he empezado la lectura y estoy encantada con todo lo que he leído hasta ahora.



En el grupo Escribimos, del que soy parte, junto a estupendos autores a quienes aprecio mucho, se sorteará una versión digital de En busca de un hogar, así que si les interesa anotarse, en ESTE enlace podrán hacerlo. Y ese no es el único concurso que la página tiene vigente. ¿Recuerdan la Antología 150 Rosas de Editorial Divalentis en la que uno de mis relatos quedó seleccionado? Pues también pueden optar por un ejemplar de este libro en formato físico que se sorteará entre los residentes en España; AQUÍ podrán pasar y anotarse.



Ahora, quiero contarles acerca de algunas novedades relacionadas con  En busca de un hogar, como unas hermosas reseñas que recibió en las últimas semanas y que había olvidado del todo mostrarles, porque así de mala es mi memoria.

Pero antes, comparto el link a una entrevista genial que me hizo Judith, del blog Zona Excéntrica, en la que lo pasé genial. Este es el enlace.

En el blog Pasión lectora, su administradora hizo una reseña preciosa de En busca de un hogar, una que me conmovió muchísimo. Ella escribió:

“En busca de un hogar” es una novela que maravillada a todos lo que como yo, disfrutan leyendo una buena novela romántica, púes la historia entre Robert y Juliet me ha parecido preciosa, muy dulce, tierna y llena de sentimiento. Si a eso le sumamos que se desarrolla en una época tan romántica ya de por si como es la victoriana tenemos una obra exquisita, que hará las delicias de los amantes de la romántica-histórica. Recomendadisima! 

Pueden leerla completa por aquí

En El rincón de la novela romántica también hay un par de críticas y mejor les dejo el link porque me quedaría muy largas citarlas. Este es el enlace.



Lo sé, los he mareado con tantos "por aquí" y "por allá", ¿verdad? Lo siento, pero empiezo a escribir y no hay quién me detenga, soy un peligro.

Para terminar con las novedades, les cuento que mi querida amiga artista y yo hemos empezado ya a conversar acerca de lo relacionado con la maquetación y el diseño de la portada de la comedia romántica que espero subir pronto a Amazon, así que muy pronto tendré novedades al respecto. Dime si es amor está muy, muy cerca de lanzarse a la piscina. 

Gracias por su continuo apoyo, les deseo una gran semana.


sábado, 2 de marzo de 2013

SENSIBILIDAD

Me he anotado a un reto del blog de Carmen y sus amigos para leer este año Orgullo y Prejuicio, uno de mis libros favoritos, tanto que esta más que una lectura, será una relectura y ni pensar en qué número porque no tengo ni idea. De cualquier modo, es un reto al que jamás podría resistirme, porque disfruto tanto de esta obra que cada vez que la leo es como vivir una nueva experiencia.



Les he comentado lo mucho que respeto y admiro la obra de Jane Austen, y qué tan grande ha sido su influencia en mi vida, por lo que leerla es siempre un placer. Si bien Orgullo y Prejuicio es mi historia favorita, adoro todos sus libros, con un interés muy especial en Sentido y Sensibilidad, una historia que me encanta por todo lo que me hace reflexionar respecto a mí misma, de allí el título de la entrada.

Nunca me atrevo a escribir basada en los personajes de esta gran autora, me provoca terror, como le pasará a muchos más, supongo, pero si alguna vez he tomado valor para hacerlo, ha sido siempre con el personaje de Marianne Dashwood y su extraordinaria sensibilidad como guía. Quizá sea porque me veo a mí misma con esa suerte de defecto/virtud, ya que creo la sensibilidad es tanto uno como otra. Lo primero porque ser guiada por el corazón puede con frecuencia ser peligroso, pero también es muy bonito el pensar que no todo es visto desde el lado lógico. A decir verdad, creo que un buen balance sería lo ideal; mente y corazón trabajando a la par.

Para terminar esta entrada, nacida de un momento de reflexión, quiero compartir un breve texto acerca de la sensibilidad que escribí hace un tiempo, espero que lo disfruten.




SENSIBILIDAD


Resultaba difícil saber cuándo empezó Marianne a mostrar esos indicios de extrema sensibilidad que en una criatura de diferente carácter hubieran resultado, quizá, exagerados.

Aún en los tiempos que corrían, cuando una niña sensible y delicada era apreciada, por no decir exhibida con orgullo, no faltaba un ojo avizor, preocupado por lo que podría considerarse también como fragilidad de temperamento.

Y tal vez a aquel observador no le haría falta razón, sin afirmar desde luego que la fragilidad de temperamento pudiera ser vista como consecuencia de esa extrema sensibilidad.

Sin embargo, cierto era que tal rasgo llevaría a pensar con facilidad en futuras penas, ya que como bien se sabe, nada atrae más al dolor que la certeza del sufrimiento como una suerte de destino añorado en cierta medida, ya que el sensible es casi siempre soñador, y aún cuando pueda ser consciente de que el dolor es terrible, preferirá mil veces sentirlo, que no sentir nada, porque claro está que quien no ha sentido un corazón lacerado no ha conocido tampoco la dicha del mismo palpitando de felicidad.

Entonces, ¿qué pasaba con la señorita Marianne Dashwood? ¿Era tan solo un alma sensible, como muchas que poblaban el mundo? ¿O se trataba tal vez de un ser de frágil temperamento  destinado al sufrimiento?

La respuesta, por todos conocida, es que esta joven de carácter grácil, apasionado, que no anhelaba más que conocer los sentimientos más profundos, era simplemente un ser humano como cualquier otro, con los mismos deseos y temores, que escogió, plenamente consciente de lo que su decisión acarrearía, amar. Porque aún cuando el amor duele, también nos concede el júbilo de los momentos vividos, y es allí donde radica la clave de la sensibilidad, aquella incomprendida y vista con recelo.

Porque la sensibilidad encierra un extraordinario valor siempre y cuando estemos dispuestos a enfrentar sus consecuencias; y tenemos todos claro que en el caso que nos concierne, ninguna mujer hubiera mostrado mayor arrojo para levantarse una vez que sus esperanzas se vieron deshechas, dejando atrás el infierno del dolor.

Entonces, con esta certeza, podemos asegurar que todo ser dispuesto a permitir a su corazón hablar, y vivir con la seguridad de que más allá de las tormentas encontrará la calma que tanto añora, es digno de respeto y admiración.

La sensibilidad no es extrema, o exagerada, como podría asegurar aquel sujeto que ve los acontecimientos con cínica postura, sino que forma parte de un todo, y si, lo mismo que Marianne, deseamos que sea nuestro norte, jamás podríamos ser juzgados por ello. Al contrario, podemos compartir este rasgo de nuestra naturaleza con quienes nos rodean, con la seguridad de que si no encontramos un futuro tan promisorio como el que tuvo ella la dicha de hallar, llegado el momento, podremos ver al pasado, y estar orgullosos de no haber dejado nunca una palabra sin decir, o un sueño abandonado.

Y estarán de acuerdo en que semejante convicción nos inspirará a continuar por el difícil camino de la vida con mayor decisión y ánimo, recordando, siempre, que ninguna tormenta es eterna, y que el sol saldrá cada mañana.

Un alma sensible lo apreciará, por supuesto.