jueves, 16 de enero de 2014

LOS CUENTOS VAGABUNDOS DE ANA MARÍA MATUTE



Les he contado alguna vez que tengo debilidad por conocer acerca de lo que pensaban, y piensan, las grandes mentes de la literatura acerca del arte de escribir, porque así es como lo veo, un arte que tiene mucho de mística y algo más de practicidad. Busco libros, viejos ensayos, conferencias, etcétera, por el gran placer de perderme entre las palabras y descubrir aquellos puntos que pueda tener en común con sus opiniones, así como meditar acerca de aquellos en los que diferimos.

Hace poco encontré un texto relativamente corto de Ana María Matute, una escritora con la que apenas empiezo a encontrarme, y que me ha enamorado pronto. En los párrafos que quiero compartir, ella habla acerca del cuento, ese género tan complejo e intenso, y lo hace de forma fantástica, con ese estilo suyo tan... mágico, y es que no se me ocurre otra forma de describirlo, porque así lo siento. 

Cuando leo un texto como este, siento como si me envolviera una manta cálida en tanto un narrador me susurra con palabras dulces una historia hermosa y familiar, y es curioso, porque al fin y al cabo, creo que esa es la mejor forma de describir un cuento. Aquí Ana María Matute lo hace valiéndose de su talento y recuerdos, y creo que pueden disfrutarlo tanto como yo, de modo que lo comparto. 



LOS CUENTOS VAGABUNDOS

Pocas cosas existen tan cargadas de magia como las palabras de un cuento. Ese cuento breve, lleno de sugerencias, dueño de un extraño poder que arrebata y pone alas hacia mundos donde no existen ni el suelo ni el cielo. Los cuentos representan uno de los aspectos más inolvidables e intensos de la primera infancia. Todos los niños del mundo han escuchado cuentos. Ese cuento que no debe escribirse y lleva de voz en voz paisajes y figuras, movidos más por la imaginación del oyente que por la palabra del narrador.

He llegado a creer que solamente existen media docena de cuentos. Pero los cuentos son viajeros impenitentes. Las alas de los cuentos van más allá y más rápido de lo que lógicamente pueda creerse. Son los pueblos, las aldeas, los que reciben a los cuentos. Por la noche, suavemente, y en invierno. Son como el viento que se filtra, gimiendo, por las rendijas de las puertas. Que se cuela, hasta los huesos, con un estremecimiento sutil y hondo. Hay, incluso, ciertos cuentos que casi obligan a abrigarse más, a arrebujarse junto al fuego, con las manos escondidas y los ojos cerrados.

Los pueblos, digo, los reciben de noche. Desde hace miles de años que llegan a través de las montañas, y duermen en las casas, en los rincones del granero, en el fuego. De paso, como peregrinos. Por eso son los viejos, desvelados y nostálgicos, quienes los cuentan.

Los cuentos son renegados, vagabundos, con algo de la inconsciencia y crueldad infantil, con algo de su misterio. Hacen llorar o reír, se olvidan de donde nacieron, se adaptan a los trajes y a las costumbres de allí donde los reciben. Sí, realmente, no hay más de media docena de cuentos. Pero ¡cuántos hijos van dejándose por el camino!



Mi abuela me contaba, cuando yo era pequeña, la historia de la Niña de Nieve. Esta niña de nieve, en sus labios, quedaba irremisiblemente emplazada en aquel paisaje de nuestras montañas, en una alta sierra de la vieja Castilla. Los campesinos del cuento eran para mí una pareja de labradores de tez oscura y áspera, de lacónicas palabras y mirada perdida, como yo los había visto en nuestra tierra. Un día el campesino de este cuento vio nevar. Yo veía entonces, con sus ojos, un invierno serrano, con esqueletos negros de árboles cubiertos de humedad, con centelleo de estrellas. Veía largos caminos, montañas arriba, y aquel cielo gris, con sus largas nubes, que tenían un relieve de piedras. El hombre del cuento, que vio nevar, estaba muy triste porque no tenía hijos. Salió a la nieve, y, con ella, hizo una niña. Su mujer le miraba desde la ventana. Mi abuela explicaba: «No le salieron muy bien los pies. Entró en la casa y su mujer le trajo una sartén. Así, los moldearon lo mejor que pudieron.» La imagen no puede ser más confusa. Sin embargo, para mí, en aquel tiempo, nada había más natural. Yo veía perfectamente a la mujer, que traía una sartén negra como el hollín. Sobre ella la nieve de la niña resaltaba blanca, viva. Y yo seguía viendo, claramente, cómo el viejo campesino moldeaba los pequeños pies. «La niña empezó entonces a hablar», continuaba mi abuela. Aquí se obraba el milagro del cuento. Su magia inundaba el corazón con una lluvia dulce, punzante. Y empezaba a temblar un mundo nuevo e inquieto. Era también tan natural que la niña de nieve empezase a hablar... En labios de mi abuela, dentro del cuento y del paisaje, no podía ser de otro modo. Mi abuela decía, luego, que la niña de nieve creció hasta los siete años. Pero llegó la noche de San Juan. En el cuento, la noche de San Juan tiene un olor, una temperatura y una luz que no existen en la realidad. La noche de San Juan es una noche exclusivamente para los cuentos. En el que ahora me ocupa también hubo hogueras, como es de rigor. Y mi abuela me decía: «Todos los niños saltaban por encima del fuego, pero la niña de nieve tenía miedo. Al fin, tanto se burlaron de ella, que se decidió. Y entonces, ¿sabes qué es lo que le pasó a la niña de nieve?» Sí, yo lo imaginaba bien. La veía volverse blanda, hasta derretirse. Desaparecería para siempre. «¿Y no apagaba el fuego?», preguntaba yo, con un vago deseo. ¡Ah!, pero eso mi abuela no lo sabía. Sólo sabía que los ancianos campesinos lloraron mucho la pérdida de su pequeña niña.

No hace mucho tiempo me enteré de que el cuento de la Niña de Nieve, que mi abuela recogiera de labios de la suya, era en realidad una antigua leyenda ucraniana. Pero ¡qué diferente, en labios de mi abuela, a como la leí! La niña de nieve atravesó montañas y ríos, calzó altas botas de fieltro, zuecos, fue descalza o con abarcas, vistió falda roja o blanca, fue rubia o de cabello negro, se adornó con monedas de oro o botones de cobre, y llegó a mí, siendo niña, con justillo negro y rodetes de trenza arrollados a los lados de la cabeza. La niña de nieve se iría luego, digo yo, como esos pájaros que buscan eternamente, en los cuentos, los fabulosos países donde brilla siempre el sol. Y allí, en vez de fundirse y desaparecer, seguirá viva y helada, con otro vestido, otra lengua, convirtiéndose en agua todos los días sobre ese fuego que, bien sea en un bosque, bien en un hogar cualquiera, está encendiéndose todos los días para ella. El cuento de la niña de nieve, como el cuento del hermano bueno y el hermano malo, como el del avaro y el del tercer hijo tonto, como el de la madrastra y el hada buena, viajará todos los días y a través de todas las tierras. Allí a la aldea donde no se conocía el tren, el cuento caminando.

El cuento es astuto. Se filtra en el vino, en las lenguas de las viejas, en las historias de los santos. Se vuelve melodía torpe en la garganta de un caminante que bebe en la taberna y toca la bandurria. Se esconde en los cruces de los caminos, en los cementerios, en la oscuridad de los pajares. El cuento se va, pero deja sus huellas. Y aun las arrastra por el camino, como van ladrando los perros tras los carros, carretera adelante.

El cuento llega y se marcha por la noche, llevándose debajo de las alas la rara zozobra de los niños. A escondidas, pegándose al frío y a las cunetas, va huyendo. A veces pícaro, o inocente, o cruel. O alegre, o triste. Siempre, robando una nostalgia, con su viejo corazón de vagabundo.


martes, 7 de enero de 2014

BOOK TAG LITERARIO



Vi este Book-tag en el blog de Margari, Mis lecturas y más cositas y no he podido resistirme a hacerlo también porque me ha parecido fantástico. Además, creo que es un medio para conocer un poco más acerca de nuestros gustos respecto a la lectura; invito a quien quiera hacerlo a que se anime. Allí vamos:



1. ¿Audiolibro o libro en mano?

Aunque creo que un buen audiolibro es encantador, prefiero el libro en mano, definitivamente. Qué placer más grande que pasar página tras página de un libro...

2.¿Tapa blanda o dura?

Prefiero los libros de tapa dura porque son más resistentes, digamos, y ya que tengo por costumbre llevarlos a todos lados conmigo, odio someterlos a un maltrato innecesario. Sin embargo, los de tapa blanda no están nada mal y supongo que, como la mayoría, optamos muchas veces por ellos por el precio.

3. Vida real o fantasía:

Asumo que se refieren a si prefiero libros de un género u otro, y es una pregunta curiosa para mí. Verán, me encantan algunos libros de fantasía, cuento varios de ellos entre mis favoritos de toda la vida, pero tengo una debilidad tremenda por las historias de la vida diaria, esas que puede vivir cualquier ser humano y que me llegan de una forma particular. Las personas somos tan, pero tan complejas, y nuestros actos a veces tan difíciles de comprender, que superan con facilidad toda historia fantástica.



4. Harry Potter o Crepúsculo:

He leído ambas sagas, y definitivamente Harry Potter; creo que ni siquiera hace falta explicar las razones.

5. Libro prestado o comprado:

Conozco a pocas personas que tengan el hábito de la lectura, y aún cuando no fuera así, no me gusta pedir libros prestados, así como tampoco los prestaría yo; soy celosa con ellos, y como decía Ana, la de Tejas Verdes, es verdad eso de que cuando prestas un libro y regresa a ti, ya no es el mismo. 

6. ¿Un libro o trilogía?

No tengo problemas con seguir una trilogía o saga si es que me llama mucho la atención, pero esto solo cuando siento que la historia lo merece; me molesta un poco cuando siento que una novela puede concluir de forma fantástica, pero es alargada de modo innecesario. 



7. ¿Libros extensos o cortos pero lindos?

¡Que vengan todos los libros a mí! De cualquier extensión, que todos me gustan. En verdad, me he topado con verdaderas joyas en unas cuantas páginas, como me ha ocurrido que he sentido otros larguísimos a los que les sobraban. Para llegar a una buena conclusión, que sean las justas y necesarias, todos los lectores lo apreciamos.

8. ¿Enfoque romántico o acción?

Si me dan a escoger entre esos dos en particular, romántico sin dudar. De por sí leo de todo, pero soy una romántica empedernida y me encantan ese tipo de historias. 



9. ¿Chocolate caliente o leche?

¡Té! No, no es que me ponga rebelde, es que adoro el té en todas sus presentaciones, es mi debilidad, en especial si tengo una buena taza al lado de un buen libro. Pero para responder a la pregunta, me quedo con la leche, no soy una fan del chocolate. 

10. ¿Leer la reseña o decidir por tu cuenta?

Un poco de ambos; es más, creo que lo primero puede muchas veces llevar a lo segundo. Cuando leo reseñas de algunos libros, las analizo, y si me convencen los argumentos que tan amablemente comparten los reseñadores, pues según eso decido y ya está. 

11. ¿Qué tipo de literatura te gusta?

No estoy segura de si se refieren a géneros por aquí. Creo que podría decir que lo que más busco en un libro, independientemente del género al que pertenezca, es que me haga sentir y, algo primordial, que me presente personajes que me despierten muchas emociones; negativas o positivas, da igual, pero necesito sentirme incluida en la historia y que esta me envuelva de forma que por el tiempo que dure, es como si fuera parte de ella. 

12. ¿Clásicos o contemporáneos?

Aunque últimamente se me ha dado por leer algunos clásicos, también voy por los contemporáneos, no hago distinción; mientras el libro sea bueno, bienvenido sea.



13. ¿Libro que te inició en la lectura?

Creo que lo mencioné alguna vez por aquí, fue María de Jorge Isaacs, que lo leí llevada por la obligación, ya que estaba dentro de la currícula escolar, pero me parece que es el primer libro que leí y realmente disfruté.

14. ¿Libro que estás leyendo en este momento?

Mientras escribo estas líneas, he sido secuestrada por la historia de Matilda, de Roald Dahl, que me tiene enamorada.

15. ¿Libro que no recomendarías?

¡Qué pregunta! En verdad me pone en un aprieto porque creo que es un tema muy subjetivo y odiaría hablar mal de un autor y su obra cuando es posible que a otros les pueda gustar, de modo que me abstengo.

16. ¿Te gusta regalar libros?

Me encanta, me provoca una ilusión tremenda. Lamentablemente, no conozco a muchas personas que sean cercanas a quienes les guste leer, pero si se presenta la oportunidad, lo hago con gusto.



17. ¿Hora favorita para leer?

No tengo una en particular; en todo caso, diría que prefiero hacerlo cuando puedo disfrutar de un momento de completa tranquilidad, mi libro y yo, y una buena taza de té, claro.

18. ¿Libro o película?

Definitivamente, el libro. Aunque hay algunas buenas adaptaciones de libros para el cine, son pocas, y siempre me quedaré con la obra en sí.

19. Los libros que lees, ¿te los recomiendan o sabes de su existencia?

Un poco de ambos, tanto leo por recomendación, como por curiosidad personal, y así me he encontrado con historias fantásticas.



20. Menciona un libro que recomendarías.

Siempre recomiendo Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen, una de mis obras y autoras favoritas, y hasta ahora puedo decir que es una recomendación muy bien dada porque no he recibido quejas.

viernes, 3 de enero de 2014

REGALO DE REYES



Me gusta esta costumbre en algunos lugares del mundo en que se celebra con regalos la llegada de los Reyes Magos el 06 de enero, y si bien en mi país no es norma (aquí entre nos, con la Rosca de Reyes me doy por muy agradecida), estuve pensando en que me gustaría tener un detallito por esta fecha y ya que la economía no está muy boyante que digamos, se me ocurrió que podría ofrecer algo completamente mío y que pueda gustarles, o al menos que les inspire un poco de curiosidad y que luego, bueno, tal vez lo lean y les guste, o eso espero.



De modo que corrí a Amazon y puse en promoción mi comedia romántica, Dime si es amor, para que puedan descargarla de forma gratuita durante los días 04, 05 y 06 de enero; es decir, durante todo el fin de semana y hacerse así con ella. 

Los enlaces son estos:




Es algo humilde, pero de corazón, y espero que les guste, que a mí me encantó escribirla y ojalá que eso pueda llegar a través de las palabras, que al fin y al cabo de eso se trata la magia de la escritura.

Aprovecho también esta entrada para darles las gracias por sus buenos deseos en la entrada anterior para este año; espero que su amabilidad regrese a ustedes multiplicada por mil.




lunes, 30 de diciembre de 2013

UN AÑO MÁS



No acostumbro hacer balances detallados respecto a lo que el año que se va nos deja, pero sí que me gusta pensar en lo que hice durante ese año, en si me siento satisfecha por mis actos y decisiones, medito acerca de qué dejé de hacer, y por qué, y si creo estar equivocada, cosa que, como a todos, me ocurre con frecuencia, procuro enmendarme y me prometo a mí misma que el año próximo será mejor, que en la medida de lo posible actuaré de la forma correcta y así seré una mejor persona, que al fin de cuentas es lo más importante en la vida, y lo compruebo según pasa el tiempo. Desde luego, muchas de esas intenciones quedan en eso, intenciones, pero creo sinceramente que si cumplo al menos una pequeña parte de ellas, será un avance y espero que otro tanto ocurra con todo el mundo.



Creo que este año he trabajado más duro que nunca en lo que más amo, que es la escritura. He tenido altas y bajas, momentos de indecisión, y muchos de satisfacción; dudas, preguntas sin respuesta, sorpresas, decepciones... en fin, que ha habido de todo, obviamente, pero si debo resaltar algo es que jamás en toda mi vida me he encontrado más segura de lo que deseo y si eso no es un avance, no sé de qué otra forma podría llamarle. Tengo sueños muy despiertos, proyectos en progreso, ideas que me rondan y espero que el año que viene, por estas fechas, pueda decir que muchos de estos se han convertido en realidad.



Sé mejor que nunca lo que es perder a alguien y extrañarle, y pese al dolor que ello conlleva, uno que no nos abandona nunca, sé ahora que es parte de la vida, y he aprendido a valorar mejor lo que aún conservo, lo que tomo como una suerte de bendición. 

Aprendí a decir adiós a aquello que me lastimaba de alguna u otra forma, aún cuando las despedidas son dolorosas, y sin embargo, te conceden la maravillosa posibilidad de dar la bienvenida a lo desconocido, preparada para identificar su procedencia y abrazarlo con mimo si sabes que llega a ti para hacerte un bien. 



Compruebo satisfecha que si bien tengo la piel endurecida a fuerza de experiencias difíciles, mi corazón está intacto y contento de albergar buenos sentimientos. Es curioso cómo el duro aprendizaje puede volvernos fuertes y, en el proceso, más humanos.

Me he sumergido en hermosas historias, he tenido el inmenso placer de conocer autores maravillosos de los que atesoro sus enseñanzas y a quienes espero continuar descubriendo.



Y sobre todo, este año he logrado explorar de forma más profunda este mundo virtual de Blogger que veía, lo confieso, con un poco de desapego. Y sin embargo, ahora, tengo la dicha de poder llamar amigos a buenas personas que me abrieron las puertas de sus casas virtuales y que tienen la amabilidad de visitar las mías, siempre con una palabra amable y un gesto dulce.

Obviamente, puedo decir que soy afortunada, y eso es suficiente para asegurar que este ha sido un buen año, que espero se vea superado por el que está por llegar.

Es posible que conozcan esta oración celta, muy bonita y muy significativa, pero quiero subirla para, por medio de ella, hacerles llegar mis buenos deseos en el 2014, que sea un año maravilloso para cada uno de ustedes y espero poder continuar contándolos entre mis bendiciones.



Que el camino salga a tu encuentro.
Que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos.
Y hasta que nos volvamos a encontrar,
que Dios te sostenga suavemente en la palma de su mano.
Que vivas por el tiempo que tú quieras,
y que siempre quieras vivir plenamente.
Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron,
pero nunca olvides recordar aquellas que te alegraron.
Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos,
pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron fieles.
Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron,
pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día.
Que el día más triste de tu futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado.
Que nunca caiga el techo encima de ti
y que los amigos reunidos debajo de él nunca se vayan.
Que siempre tengas palabras cálidas en un anochecer frío,
una luna llena en una noche oscura,
y que el camino siempre se abra a tu puerta.
Que el Señor te guarde en su mano, y no apriete mucho su puño.
Que tus vecinos te respeten, los problemas te abandonen,
los ángeles te protejan, y el cielo te acoja.
Y que la fortuna de las colinas celtas te abrace.
Que las bendiciones de San Patricio te contemplen.
Que tus bolsillos estén pesados y tu corazón ligero.
y cada día y cada noche tengas muros contra el viento, un techo para la lluvia, risas para que te consuelen aquellos a quienes amas,
y que se colme tu corazón con todo lo que desees.
Que Dios esté contigo y te bendiga, que veas a los hijos de tus hijos,
que el infortunio te sea breve y te deje rico en bendiciones.
Que no conozcas nada más que la felicidad, desde este día en adelante.
... Que Dios te conceda muchos años de vida, de seguro Él sabe que la tierra
no tiene suficientes ángeles.
Que el camino salga a tu encuentro.
Que el viento siempre esté detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos
...así sea cada año y para siempre!

viernes, 20 de diciembre de 2013

¡FELIZ NAVIDAD!



Esta es una entrada muy sencilla para hacerles llegar mi cariño en estas fiestas, que con el ajetreo de estos días, sé que todos estaremos corriendo de aquí para allá y resulta un poco complicado pasar a visitar o actualizar tanto como uno desearía.

Es posible que me vean por allí asomando cual fantasma de las Navidades presentes para saludarles en sus casitas, pero no quería dejar de subir una felicitación por aquí. 

Les deseo una hermosa Navidad, que su espíritu, el verdadero, el que nos hace mejores personas y apreciar la bondad en el mundo, se instale en sus corazones y que parte de él se quede allí por siempre. Que el nuevo año sea maravilloso y que cada uno de sus deseos, grandes o pequeños, absolutamente todos, se hagan realidad.

En palabras del extraordinario Calvin Coolidge:

"La Navidad no es un momento ni una estación, sino un estado de la mente. Valorar la paz y la generosidad y tener merced, es comprender el verdadero significado de la Navidad"

¡Muy felices fiestas!

miércoles, 11 de diciembre de 2013

LA LOCA DE LA CASA: ROSA MONTERO


Este libro es una novela, un ensayo, una autobiografía. La loca de la casa es la obra más personal de Rosa Montero, un recorrido por los entresijos de la fantasía, de la creación artística y de los recuerdos más secretos. Es un cofre de mago del que emergen objetos inesperados y asombrosos.

La autora emprende un viaje al interior en un juego narrativo lleno de sorpresas. En él se mezclan literatura y vida en un cóctel afrodisíaco de biografías ajenas y autobiografía novelada. Y, así, descubrimos que el gran Goethe adulaba a los poderosos hasta extremos ridículos, que Tolstoi era un energúmeno, que Montero, de niña, fue una enana, y que, con veinte años, mantuvo un estrafalario y desternillante romance con un famoso actor. Pero no deberíamos fiarnos de todo lo que la autora cuenta sobre sí misma: los recuerdos no son siempre lo que parecen.


Un libro sobre la fantasía y los sueños, sobre la locura y la pasión, sobre los miedos y las dudas de los escritores, pero también de los lectores. La loca de la casa es, sobre todo, la tórrida historia de amor y salvación que hay entre Rosa Montero y su imaginación.



Cuando me obsequiaron este libro, me pregunté si había algún mensaje oculto en el título, pero no, no se trataba de ninguna alusión personal, aunque hubiera estado muy bien dada. En realidad, no sabía nada de él, pero tan solo con leer la sinopsis supe que él y yo nos íbamos a llevar bien.  

La loca de la casa es un libro de Rosa Montero, la autora española tan conocida, que con esta obra nos muestra su lado más personal e íntimo, ese que la lleva a escribir, y con el que podemos sentirnos tan identificados los que amamos coger el lapicero y plasmar en palabras lo que sentimos.

Este libro no es solo una novela, también una especie de autobiografía, donde nos adentramos en los recuerdos de la autora; ella nos cuenta su proceso de creación, todo salpicado con increíbles anécdotas de otros conocidos escritores. Descubrimos, por ejemplo, que el gran Goethe sacrificó de algún modo su obra al preferir vivir en los placeres de la corte, que Tolstoi no tenía precisamente un carácter encantador, y así muchos otros datos interesantes.



Cada capítulo nos sorprende con alguna cosa que no esperábamos, un dato que oímos alguna vez, y seguro olvidamos, comprobando, al menos a mí me ha pasado, que en cada párrafo hay mucho de nuestros propias formas de ver la vida. Hay mucho de fantasía aquí, muchas metáforas, juegos, ilusión... Creo que Rosa Montero se lo pasó fenomenal escribiendo este libro, se habrá divertido inventando las historias más increíbles que, cosa curiosa, tienen una base de verdad. Después de todo, ¿no es acaso la ficción una forma de interpretar la realidad? 

El título hace referencia a una frase de Santa Teresa de Jesús, quien decía: "La imaginación es la loca de la casa", y resulta más verdadero que la verdad misma, porque es este frenesí, esta falta de lógica, la necesidad de dejarse llevar por las ideas al escribir, lo que convierte a los escritores, en eso, escritores.

Les aseguro que esta es lectura ligera, y al mismo tiempo, muy inteligente, de esas que tanto te entretienen como te dejan pensando. La recomiendo muchísimo, toda persona que disfrute leer la apreciará en su gran dimensión.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

BOOK TAG: UN LIBRO



Creo que nunca he hecho uno de estos por aquí, un Book Tag, y este me pareció genial, así que será un excelente motivo para empezar. Este en particular vino de un usuario de Goodreads y fue adaptado por Divergentes mentalmente desorientadas. Este trata de escoger un libro en particular de acuerdo a ciertas preguntas que paso a mostrar; a ver qué tal me va:



Libro que me inició en el mundo de la lectura

Me ha costado mucho recordar cuál fue, por lo que decidí escoger aquel que me “abrió” los ojos a la belleza de la lectura, y este fue María, de Jorge Isaacs. Nunca hubiera pensado que un libro pudiera provocar tantas emociones, que te hiciera sonreír y llorar a partes iguales, que te sintieras tan cercana a los personajes y que un final triste te llevara a sufrir tanto.



Libro al que escribirías otro final

Esto es un poco complejo porque siento que todo libro debe permanecer tal cual fue escrito, para bien o mal, pero si me apuran y dejo que mi vena lectora tome la palabra, me habría encantado hacer algunos cambios en el final de Sinsajo de Suzanne Collins, el último  libro de la saga de Los juegos del hambre.



Libro que te hubiese gustado escribir

Este resulta más sencillo. Si bien hay muchos libros que me hubiera encantado escribir, definitivamente opto por Orgullo y Prejuicio de Jane Austen, uno de mis favoritos y que despertó en mí el gusto por la escritura.



Un libro al cual hayan sacado una película que amaste y odiaste

No entiendo del todo esta pregunta. ¿Amé la película, la odié o ambas? Asumo que será lo segundo, un libro que me gustó mucho y no terminé convencida con su adaptación. Si estoy en lo cierto, tengo muchas candidatas, pero opto por la que me generó el trauma más reciente: La última adaptación de Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas. En serio, tenían un reparto muy interesante, pero no puedo ni empezar a decir lo bizarro que me pareció todo; extraño una adaptación de esta obra que se enfoque en las intrigas de la corte y la hermandad de los mosqueteros vista de forma más creíble. El hecho de que Milady de Winter pareciera una ninja no ayudó en lo absoluto…





Un libro que te haya encandilado su portada

Son tantos… Como a muchas personas, las portadas me enamoran, que me lleve algunos chascos ya es otra historia, así que tengo de donde escoger, pero me quedo con Donde los árboles cantan, de Laura Gallego, que aún no he leído.









Un libro en el que te gustaría vivir

¡Un pasaje a la Tierra Media, por favor! En verdad me gustaría ir a Hogwarts, dar una vuelta por Narnia, hacerle una visita a la querida Elizabeth Bennet, y así, pero si tengo que escoger, me encantaría saludar a los buenos Hobbits y conocer Rivendel, de modo que opto por El señor de los anillos, de Tolkien. 







Un libro que no pudiste parar de leer

Muchos, para mi buena suerte, pero el primero que viene a mi mente es La casa de los espíritus, de Isabel Allende, que me tuvo hasta las tantas de la madrugada con los ojos pegados al libro y cuando lo dejé me vi temblando como una hoja; una obra preciosa.










Un libro del que hayas aprendido algo

De todo se aprende algo, creo, pero puedo pensar en un libro que leí este año y me marcó de forma especial, Las ventajas de ser un marginado, de Stephen Chbosky; no solo me sentí muy identificada con la historia, sino que además siento que me enseñó muchas cosas que me han ayudado a seguir una senda que me tracé hace un tiempo ya; ser una mejor persona, por mí y por quienes me rodean.









Y aquí está, no fue tan difícil como pensé y sí mucho más divertido. Ya me dirán qué opinan, si les ocurrió algo similar con los libros que he mencionado, o con otros que quieran recomendarme, lo que siempre agradezco de todo corazón.