martes, 5 de abril de 2016

COMER REZAR AMAR: ELIZABETH GILBERT



La protagonista, Elizabeth, de treinta y tantos años, deja atrás un matrimonio de siete años, un divorcio desgarrador y un desastroso romance posterior. Necesita alejarse de todo un poco, así que decide dar el gran paso, respirar hondo, dejar todo y marcharse de Nueva York. Así llega a Roma, donde descubre los placeres de la ciudad, aprende diez expresiones nuevas al día y se queda fascinada con los sorprendentes ojos de su nuevo ligue Giovanni, diez años menor que ella, y con el poder curativo de la pizza. Después de Italia, Elizabeth prosigue el camino ya emprendido por otros países, hasta que da la vuelta al mundo y en paz consigo misma regresa a Nueva York. Esta novela, que es un excelente ejemplo de la nueva corriente literaria que ya tiene numerosos seguidores en todo el mundo, la novela de autoayuda, es una reflexión sobre el amor en sus diferentes formas. Incluso el más escéptico lector soñará con encontrar a Dios algún día en un lugar de la India o quizá en un pedazo de pizza. Y no es un libro sólo para mujeres. 



Tardé mucho tiempo en leer este libro, lo que es curioso porque su autora, Elizabeth Gilbert, me cae muy bien; no que la conozca, pero leí otra de sus novelas y he visto varios videos suyos en los que habla acerca de la escritura y me parece una mujer bastante centrada y con un gran amor por lo que hace. Pero al fin encontré un momento para ponerme con Comer, rezar y amar, y ha sido una experiencia muy interesante.

No acostumbro leer muchos libros de autoayuda, no porque tenga nada en contra de ellos; por el contrario, creo que todo lo que pueda ayudar, valga la redundancia, a que una persona pueda sentirse bien consigo misma es muy necesario, en particular en este mundo tan loco en el que vivimos hoy; pero la verdad es que encuentro desesperantes esas lecturas cuando pecan de aleccionadoras, cuando el autor quiero imponer su manera de pensar y fijar pautas estrictas acerca de cómo se supone que debes vivir tu vida si quieres vivir en armonía contigo mismo. No sé, a lo mejor es que tengo un problema con las imposiciones, debe de ser mi vena rebelde.

Pero no hay nada de eso en Comer, rezar y amar. En este libro conocemos a una mujer como muchas otras que llega a un punto de su vida en que empieza a cuestionarse todo y no comprende qué está haciendo o por qué no está ni remotamente cerca de ese ideal de felicidad del que todo el mundo habla, aunque valgan verdades, la felicidad es un concepto un tanto complejo y que creo a veces se trata con mucha ligereza, pero esa es otra historia. El punto es que Liz, la protagonista del libro y nuestra escritora, quien nos cuenta su experiencia, decide que debe hacer algo o sencillamente su vida se irá al garete, y no es solo un decir; en el momento en que toda esta decisión se encuentra ahogada en la depresión y siente que no da más. De modo que toma todos esos conceptos que ha ido recolectando a lo largo de los años y emprende un viaje de un año por tres lugares del mundo en busca de encontrarle un sentido a la vida.



Al final, no sé si Liz encuentra ese sentido, dudo de que ella lo sepa tampoco, o al menos eso da a entender en el libro a lo largo de las páginas; puede que después de todo en realidad la vida no lo tenga. Pero son sus experiencias, el conocimiento que va adquiriendo día a día y sobre todo gracias a las personas que se encuentra en el camino y que le cuentan sus historias, algunas trágicas y otras felices, que ella aprende el que me parece es uno de los grandes fines de todo ser humano: aceptarse a sí mismo y amarse. Y no creo que sea algo que se puede aprender en un año, es algo que toma toda la vida y que sin duda nos depara más de una caída y muchas preguntas sin respuestas, pero al final la existencia en sí es toda una aventura y es uno quien decide cómo va a enfrentarla. 

Comer, rezar y amar es todo un viaje narrado en un tono muy sencillo y divertido con un montón de pasajes que enseñan mucho acerca de los lugares que Liz va visitando y de las personas con las que se encuentra, amén de líos, equivocaciones y algo de romance. También hay grandes lecciones para quien quiera verlas y, lo más importante para mí, es un libro que invita a pensar y eso es algo que siempre disfruto en mis lecturas, así que lo recomiendo mucho.








"La devoción es amor."

jueves, 31 de marzo de 2016

¡NOVEDAD!



Sí, sí, que ya tocaba venir a contarles algo de mis andanzas literarias y aquí estoy para ello. Les contaba hace un tiempo ya que En busca de un hogar, la primera novela que publiqué y que luego fue reeditada por Romantic Ediciones saldría en papel y que entonces vendría a contarles y a dar los alaridos de rigor. Bueno, pues ese momento ha llegado.



Y sí, lo está, muy viva. Bueno, ya lo estaba, pero ahora un poco más porque de hecho que el poder verla en una librería es algo muy especial que me moría de ganas por experimentar y voy a hacerlo ahora, lo que vendría a ser algo así como un sueño cumplido. No sé cómo le irá, sé poco del tema, pero prefiero continuar así. El mundo editorial me parece cada vez más complejo y abarca tanto, pero tanto, se ven tantas novedades y ofertas, que opto por permanecer en mi burbuja de felicidad, al menos en lo que a escritura se refiere, que el día a día no sabe mucho de burbujas sino algo más de alfileres. De modo que en eso estoy, disfrutándolo a mil, con unas ganas enormes de tenerlo entre las manos para darle el abrazo de rigor y albergando la ilusión de que alguien, cuando vaya a una librería para darse el gusto, como lo hacemos casi todos, lo vea entre muchos otros y algo le llame a sacarlo del estante. ¿Y quién sabe? A lo mejor y hace honor al título y le da un nuevo hogar. O, aún mejor, también le provoca darle un abrazo. 



Con eso me quedo más que feliz. Y, en tanto, sigo soñando, porque he descubierto que no hay sueño imposible, sea pequeño o grande y que la constancia, el trabajo duro y la buena vibra son, la mayor parte del tiempo, la mejor y la más satisfactoria opción para convertirlos en realidad. Ah, sí, que se me olvida; descubrí también que compartirlos con buenas personas lo hace aún más divertido, así que muchas gracias por eso.


domingo, 20 de marzo de 2016

DETRÁS DE LA MÁSCARA: ADRIANA RUBENS



La Revolución industrial ha convertido a Londres en una ciudad de grandes desigualdades económicas y sociales. Kathleen Sweeney nació en Whitechapel, uno de los barrios más pobres. Se habría convertido en lo que muchos considerarían una “rata de alcantarilla”, si no hubiera sido por un giro inesperado del destino, que ha hecho de ella la prometida del marqués de Dunmore. Pero un nuevo imprevisto amenaza con ensombrecer su porvenir: acaba de recibir en herencia el Jardín Secreto, un exclusivo prostíbulo.

A Nicholas Richmond, marqués de Dunmore, la vida lo ha bendecido desde la cuna. Nacido en el seno de una de las familias más poderosas del país, está acostumbrado a que todo el mundo le rinda pleitesía. Se enorgullece de ser un hombre frío, que mantiene todos sus sentimientos controlados… hasta que el beso de una inocente muchacha se convierte en su obsesión y una misteriosa mujer enmascarada termina por robarle el corazón.

¿Podrá su amor vencer los prejuicios sociales y sobrevivir a los peligros que acechan desde Whitechapel?

Según el jurado del VI Premio Vergara-El Rincón de la Novela Romántica, «Detrás de la máscara nos ha cautivado por su preciosa historia de amor, por su originalidad, dinamismo y frescura, por la chispa de sus diálogos y a la vez por ser una novela romántica de las de siempre. Sus personajes, tanto los principales como los secundarios, nos han conquistado y difícilmente se borrarán de nuestra memoria.»



Hoy llego con la reseña de una novela romántica, que ya tocaba; después de todo, es uno de mis géneros favoritos y siempre disfruto mucho encontrarme con una buena historia. Eso es lo que ha ocurrido con Detrás de la máscara de Adriana Rubens, una novela muy bonita que resultó ganadora del último Premio Vergara y que llegó a mí muy recomendada. Esta es, según sé, la primera novela de la autora y creo que ha empezado con el pie derecho en esta andadura porque ofrece un estilo fresco y divertido que le viene de perlas al género.

Kathleen, o Kathy, para los amigos, es la protagonista de la historia y es, además, quien me parece que lleva todo el peso de la novela, lo que me ha parecido genial porque su vida es bastante interesante y se ve envuelta en circunstancias que nos permiten conocer mucho acerca de la vida en el tiempo que le tocó en suerte. Ella, aunque educada desde la muerte de su madre en un reconocido internado para señoritas, donde recibió una formación atípica para la época y que supo aprovechar muy bien, pasó una infancia muy difícil en la zona de Whitechapel, donde había que tener agallas para sobrevivir y mucha voluntad, lo que le fortaleció el carácter y, me atrevería a decir, la preparó para todo lo que le tenía preparado la vida. Y vaya con lo que se le venía...



Kathy se vio prometida en circunstancias un poco accidentadas al marqués de Dunmore, Nicholas Richmond, hermano de su mejor amiga, pero su compromiso en sí no es muy usual, de modo que cuando deja el internado se ve de pronto muy lejos de la tranquilidad que esperaba encontrar. A partir de aquí se pone a prueba ese carácter y la bondad que refleja desde un inicio. Su tía, quien era su tutora, le lega un conocido burdel de Londres y ella, en gran medida bajo coacción, se ve obligada a aceptarlo y no solo eso, sino que se pone frente al negocio de marras, por llamarlo de alguna forma, y empieza una rebelión en su búsqueda de un futuro mejor para las mujeres que allí trabajan, así como de muchas otras personas que se ven afectadas por la miseria en una época tan crucial de la historia. Creo que este es el punto fuerte de la historia, al menos para mí; me ha encantado la aventura de Kathy y esa misión que se desarrolla durante toda la historia, así como varios de los personajes secundarios que aparecen en la trama. Puntos para Connor, su "socio" en el negocio y quien es de por sí todo un enigma en sí mismo que espero conocer más a fondo en una futura entrega, porque promete mucho.



Entre lo que no me terminó de convencer se encuentra quizá, por raro que suene, el romance en sí mismo. No he logrado conectar con el personaje de Nicholas, si bien es cierto que el pobre palidece un poco frente a uno tan bien logrado y complejo como Kathy, lo que no es su culpa; pero sin duda la falta de profundidad en su personaje y la rapidez y facilidad con que se desarrolla la relación entre ambos consiguió que el romance no me emocionara tanto como esperaba. Igual, creo que la historia de la protagonista y secundarios, así como el misterio y los secretos que se van develando hacen de la lectura una delicia y solo por eso vale muchísimo la pena. 

Quedo a la espera de lo que nos presente la autora en el futuro y desde luego que recomiendo mucho esta historia. 

domingo, 13 de marzo de 2016

UN MONSTRUO VIENE A VERME: PATRICK NESS



Una historia emocionante y extraordinaria sobre un niño, su madre enferma y el monstruo que viene a visitarlo. Siete minutos después de la medianoche, Conor despierta y se encuentra un monstruo en la ventana. Pero no es el monstruo que él esperaba, el de la pesadilla que tiene casi todas las noches desde que su madre empezó el arduo e inacabable tratamiento. No, este monstruo es algo diferente, antiguo… Y quiere lo más peligroso de todo: la verdad.



Es difícil reseñar un libro como Un monstruo viene a verme, o al menos así me parece a mí, y supongo que se debe a la fuerte impresión que deja una vez que lo has terminado. La primera vez que oí acerca de él y leí la sinopsis me dije que quizá no fuera buena idea leerlo, que el tema que trata es muy doloroso y que lo mejor era ir por él en el momento apropiado, como pasa siempre con los libros que sabes van a necesitar una consideración especial. Y bueno, como ha ocurrido antes, me enteré de que harían la adaptación al cine, vi el trailer y me ganó la curiosidad porque se ve impresionante. De modo que cogí el libro y me puse con él pensando que me esperaba algo muy especial entre sus páginas. Y así fue.





«Hay cosas peores que ser invisible», había dicho el monstruo, y tenía razón.







Conor es un niño muy apegado a su madre gravemente enferma que se presenta ante nosotros en una historia que asemeja un poco a los cuentos de hadas, pero a esos antiguos, propios de leyendas inmemoriales, oscuros y que, puedes intuir, tienen pocas alegrías para ofrecer. Y eso es triste, claro, pero también es justo y necesario porque la vida es así; a veces el destino nos tiene preparados golpes muy fuertes y no queda otra opción que plantar cara aún cuando lo único que deseemos en verdad sea salir corriendo. Y esa es una de las lecciones más importantes del libro, la apremiante necesidad de aceptar la verdad por dolorosa que sea. Porque la verdad, si bien no siempre te hace libre, al menos alivia de alguna forma a un corazón destrozado. 

El monstruo que va en busca de Conor es una criatura tan antigua como la tierra que, si bien ofrece contar algunas historias que según él no tienen el fin de aleccionar, en realidad sí que lo hacen un poco; pero su fin principal es conseguir que Conor acepte lo que está ocurriendo y le haga frente a sus pesadillas. 







—Las historias son criaturas salvajes —dijo el monstruo—. Cuando las sueltas, ¿quién sabe los desastres que pueden causar?










Un monstruo viene a verme es un libro muy corto, con un estilo de narración ágil y sencillo que engancha de inmediato y te mantiene pegado a sus páginas. Duele, sí, me parece importante recalcar eso porque a veces los libros que tratan de alguna forma temas como las enfermedades y las pérdidas hacen énfasis en la esperanza, pero no hay mucho de eso por aquí. Y eso está bien, con frecuencia no hay lugar para la esperanza propiamente dicha, pero eso viene luego; en un inicio, frente al desastre, la mera supervivencia es suficiente. Muy recomendable. 

miércoles, 2 de marzo de 2016

LECTURAS PARA EL 8 DE MARZO: CHARLOTTE DE DAVID FOENKINOS



Tengo la fortuna de seguir por distintas redes sociales a un grupo de excelentes personas con quienes comparto muchos gustos e ideas; están por aquí en el blog, leyendo esta entrada, y son maravillosos, algunos por Twitter, otros por el siempre mentado Facebook, y a veces están en todas partes y es una dicha porque así no me pierdo de lo que ellos a su vez quieren compartir, entre ellas ideas magníficas ideas que unen a un grupo de personas con intereses comunes y se lo pasan genial en el proceso de hablar de ellos. En este caso en particular me refiero a Carmen, del blog Carmen y amigos, que tiene una página en Facebook en la que siempre está compartiendo un montón de actividades, todas muy interesantes y aun cuando el tiempo no me da para sumarme a todas, hay varias que sencillamente me enamoran y no me perdonaría no participar. Una de ellas, una lectura conjunta de Thornfield a Manderley, que implica la lectura de pedazos de libro como son Jane Eyre, Ancho mar de los Sargazos y Rebeca nos tiene muy emocionados a todos los participantes, pero ya les contaré algo más acerca de ello. Hoy es un día especial para una actividad más especial aún. Hoy me uno a un homenaje para el Día Internacional de la mujer del grupo Tarro-libros 2016.



Que sí, lo sé, tal vez sea una fecha que en realidad ni siquiera debería existir, ¿verdad? Pero desafortunadamente, al menos por ahora, mientras la palabra "igualdad" se muestre para tantas en el mundo muy lejana y esquiva, está más latente que nunca la necesidad de conmemorar este día no solo porque es un recordatorio de todo aquello por lo que aún tenemos que luchar, sino para celebrar y rendir honores a tantas y tantas mujeres que a lo largo de la historia, queriéndolo o sin querer incluso, por el mero hecho de desafiar los convencionalismos y hacer frente a la injusticia, nos abrieron un poco el camino a sus congéneres de estos tiempos.

La actividad a la que Carmen nos invita consiste en hablar acerca de una mujer o grupos de mujeres que marcaron historia, muchas de ellas poco conocidas o apreciadas como merecen. La verdad es que, por fortuna, puedo pensar en cientos de nombres, lo mismo que sin duda les ocurre a ustedes, pero me he decantado por un personaje maravilloso al que "descubrí" hace no mucho tiempo y cuya historia, conocida gracias a un autor magnífico, me robó el corazón.



Charlotte Salomon.

David Foenkinos escribió una suerte de biografía novelada de esta gran artista alemana que fue Charlotte Salomon mostrándola al mundo tal y como fue, una mujer privilegiada por su talento, con un fardo emocional enorme debido a su trágica existencia y la herencia de pesares que le tocó en suerte. Y tal vez allí radique la razón de esa fascinación que inspira esta mujer en cuanto se conoce su historia, en el hecho de saber que tenía todo para rendirse, que de ser una persona poco dispuesta a la lucha sencillamente hubiera bajado los brazos en las muchas oportunidades que tuvo y nadie la hubiera culpado. Una mujer en su tiempo con su talento y personalidad no era moneda corriente, se le veía con desconfianza, una que sumada a su condición de judía en una Alemania Nazi solo podía asegurarle dolor. Pero ella escogió vivir. ¿Puede haber un acto más revolucionario que ese? En un mundo donde el horror le golpeó más allá de lo imaginable y oyó una y otra vez que lo más sencillo hubiera sido solo dejar que el destino le arrastrara, Charlotte eligió vivir y lo hizo muy bien. En el breve periodo de tiempo en que estuvo en este mundo, abrazó su arte y volcó sus demonios y esa esperanza que le brotaba por los poros en forma de rebelión para contar su historia. 



Reseñé el libro de Foenkinos en su momento y me gustaría compartir algunos fragmentos de esa reseña que quizá les ayude a ver de forma más clara quién era Charlotte y qué fue lo que hizo para convertirse en esa estrella brillante y fugaz que, a mi parecer, dejó una estela imborrable.

Charlotte Salomon era una superdotada, tenía un temperamento muy particular heredado, quizá, de esas mujeres de su familia, aquellas que escondían  mundos interiores tremendamente complejos, casi infiernos en vida en la medida en que permitían que la desgracia y la depresión les afectara a este grado. Fue el caso de su tía, la hermana de su madre de quien hereda el nombre, una mujer que se suicidó lanzándose de una ventana de su casa con solo dieciocho años, hecho que marcó profundamente a la madre de Charlotte, que nunca pudo recuperarse de este trauma; adoraba a su hermana y no hubo forma de volver a ser ella misma. Esta mujer hizo lo posible por llevar una vida normal, se hizo enfermera, conoció a un médico entregado a su profesión y se casó con él, teniendo luego a Charlotte, pero la depresión fue una constante en su vida hasta que se suicida dejando a su hija muy pequeña; a ella, por cierto, le hicieron creer que su madre había muerto de una enfermedad, no supo la verdad hasta varios años más tarde, y esto la marcó de forma terrible.



Charlotte formaba parte de una familia acomodada, con cierto prestigio en Alemania, pero eran también judíos, y cuando la amenaza Nazi se sumió sobre el país, no hubo manera de permanecer a salvo. Pese a ello, cuando su padre contrajo segundas nupcias con una famosa cantante, Charlotte conoció el mundo del arte y empezó a encontrar en la pintura el escape para su difícil vida; se enamoró locamente del maestro de canto de su madrastra, Alfred, un hombre que la alentó a desarrollar su talento, al grado que consiguió entrar a la escuela de Bellas Artes de Berlín pese a que en aquella época era casi imposible para un judío el conseguir un cupo. Sin embargo, el horror de la guerra y el fanatismo avanzaba, al grado que debió dejar la escuela y seguir a sus abuelos maternos en su refugio en Francia.

En determinado momento, debido al suicidio de su abuela y al conocimiento de la verdadera causa de la muerte de su madre, Charlotte se vio frente a un punto de quiebre en su vida; dejarse arrastrar por esa pasión y dolor que le corroían el alma y renunciar a su vida, o entregarse al arte y buscar en él la salvación. Optó  por lo segundo y, con un ritmo impresionante, tal vez presintiendo lo cerca que tenía ya a la muerte, creó su gran obra "¿Vida o teatro?" / "Leaben oder Thether?: Ein Singspiel", una serie de pinturas autobiográficas que no solo constan de pinturas en realidad, sino también de texto, poesía, conversaciones interiores y referencias musicales. Tal y como le dijo al Dr. Moridis, quien se convirtió en guardián de su obra al confiársela: "Mantenlo seguro, es toda mi vida". Él lo hizo, y gracias a ello, podemos conocer su historia. 

Al final, me quedo con una frase que creo ejemplifica de forma perfecta la decisión de Charlotte de no rendirse y de vivir su vida tal y como ella eligió. Pensando con seguridad en esas mujeres de su familia que por un motivo u otro terminaron arrastradas por la desgracia y, quiero pensar que también por todas aquellas que no tenían alternativa, en su tiempo y en el nuestro, ella dijo:

"Viviré por todas ellas"

Y lo hizo. 



viernes, 19 de febrero de 2016

CONSEJOS DE ESCRITURA DE ERNEST HEMINGWAY



Ya tocaba una entrada de estas que tanto me gustan en las que comparto algunos consejos de grandes autores en el noble oficio de escribir. El señor cuyos consejos traigo hoy no necesita presentación;  a decir verdad, no se me ocurre qué mencionar acerca de él porque es así de grande y todas las palabras me suenan a poco. De modo que mejor dejamos la palabra al genio y comparto los Consejos de escritura de Ernest Hemingway



1. Cuando un escritor escribe una novela, debería crear a gente viva; personas, no personajes.

2. Escribe frases breves. Comienza siempre con una oración corta. Utiliza un inglés vigoroso. Sé positivo, no negativo.

3. A veces, cuando me resulta difícil escribir, leo mis propios libros para levantarme el ánimo, y después recuerdo que siempre me resultó difícil y a veces casi imposible escribirlos.



4. Las personas de una novela, no los personajes construidos con habilidad, deben ser proyectadas desde la experiencia asimilada del escritor, desde su conocimiento, desde su cabeza,  desde su corazón y desde todo lo suyo.

5. Quería escribir como Cezanne pintaba. Cezanne empezaba con todos los trucos. Después destruía todo y empezaba de verdad.

6. Evita el uso de adjetivos, especialmente los extravagantes como "espléndido, grande, magnífico, suntuoso".



7. Por el amor de Cristo, escribe y no te preocupes por lo que los muchachos dirán, ni de si será una pieza magistral o qué.

8. Seriedad absoluta en lo que se escribe, es una de las dos necesidades categóricas. La otra, por desgracia, es el talento.

9. Mi tentación siempre es escribir demasiado. Lo mantengo bajo control para no tener que cortar paja y reescribir. Los individuos que piensan que son genios porque nunca han aprendido a decir no a una máquina de escribir, son un fenómeno común.



10. Un escritor, si sirve para algo, no describe. Inventa o construye a partir del conocimiento personal o impersonal.

11. El don más esencial para un buen escritor es un detector de mierda interno, a prueba de choques. Es el radar del escritor y todos los grandes lo han tenido.

12. Un escritor de nuestro tiempo tiene que escribir lo que no ha sido escrito antes o superar a los escritores muertos en lo que hicieron. La única manera en que puede decir cómo va, es compitiendo con los hombres muertos… Pero la lectura de todos los buenos escritores podría desanimarlo. Entonces debe ser desanimado.



13. Para escribir me retrotraigo a la antigua desolación del cuarto de hotel en el que empecé a escribir. Dile a todo el mundo que vives en un hotel y hospédate en otro. Cuando te localicen, múdate al campo. Cuando te localicen en el campo, múdate a otra parte. Trabaja todo el día hasta que estés tan agotado que todo el ejercicio que puedas enfrentar sea leer los diarios. Entonces come, juega tenis, nada, o realiza alguna labor que te atonte sólo para mantener tu intestino en movimiento, y al día siguiente vuelve a escribir.

14. Evita lo monumental. Rehuye lo épico. El individuo que puede pintar cuadros enormes muy buenos, puede pintar cuadros pequeños muy buenos.

domingo, 7 de febrero de 2016

YO ANTES DE TI: JOJO MOYES



Lou Clark sabe muchas cosas. Sabe cuántos pasos hay entre la parada del autobús y su casa. Sabe que le gusta trabajar en el café Buttered Bun y sabe que quizá no quiera a su novio Patrick. Lo que Lou no sabe es que está a punto de perder su trabajo o que son sus pequeñas rutinas las que la mantienen en su sano juicio. Will Traynor sabe que un accidente de moto se llevó sus ganas de vivir. Sabe que ahora todo le parece insignificante y triste y sabe exactamente cómo va a ponerle fin. Lo que Will no sabe es que Lou está a punto de irrumpir en su mundo con una explosión de color. Y ninguno de los dos sabe que va a cambiar al otro para siempre. Yo antes de ti reúne a dos personas que no podrían tener menos en común en una novela conmovedoramente romántica con una pregunta: ¿qué decidirías cuando hacer feliz a la persona a la que amas significa también destrozarte el corazón?



Yo antes de ti es uno de esos libros que resultan difíciles de reseñar, que no sabes cómo poner en palabras todo lo que te ha hecho sentir y vas convencida de que con seguridad te dejaras algo en el tintero. Pero a pesar de ello no quiero dejar de hablarles de él porque el leerlo ha sido toda una experiencia de vida, me atrevería a decir. Leí varias reseñas para él en el transcurso del año pasado, y aunque me prometí leerlo, por una cosa u otra no me animaba a empezar con él; trata un tema duro, quizá mis reservas tuvieran algo que ver con eso; sin embargo, bastó con ver el trailer de la adaptación al cine que se estrenará en junio, creo, y se me dispararon las alarmas. Porque me gustó, me pareció un trailer precioso, y me dije que si con solo ver dos minutos y poco más de una adaptación que no tengo claro si le hará honores a la historia me emocionaba tanto, más me valía ponerme rápido con el libro, que ya estaba tardando. Y eso fue lo que hice. No me duró ni dos días y me dejó como por fortuna me ha ocurrido muchas veces en mi vida al leer un libro extraordinario...



Tantos sentimientos, sí, tantos pensamientos, cuestionamientos, ideas. No recuerdo dónde leí que Yo antes de ti no trata de un romance, como se podría pensar al leer la sinopsis, sino de una historia de amor, y estoy completamente de acuerdo. Y no me refiero solo a la historia de amor romántico de chica conoce chico y a ambos se les trastoca el mundo, que ocurre, claro que sí, sino de un descubrimiento personal muy profundo que culmina en una extraordinaria historia de amor con uno mismo. 

Lou, nuestra protagonista, me ha parecido un personaje encantador, infinitamente humano, con defectos y virtudes; un poco perdida en esa vida rutinaria que lleva, con un buen fardo de inseguridades y sobre todo con ese temor enterrado de enfrentar al mundo luego de sufrir una experiencia que le selló los pies al pavimento, por así decir. Muchas personas tienen la habilidad de encontrar su destino con rapidez e ir por él sin dudar un instante; les tengo mucha envidia, de la buena, pero envidia al fin. Mientras que hay otras, como Lou, con quienes me siento más identificada, que necesitan ver su mundo remecido para darse cuenta de que hay un gran universo allí fuera esperando porque se animen a dar ese primer paso necesario para encontrarse a si mismos y tener el valor de buscar lo que quieren. El remezón de Lou tiene nombre y apellido, se llama Will Trainor y es un hombre que vive un infierno personal, pero eso no le impide ver el interior de esa simpática y talentosa chica que se convierte en su cuidadora sin que a ninguno le haga mucha gracia la idea.



La vida de Will era perfecta; él era uno de esos valientes y decididos que supo pronto qué quería hacer con su vida y fue a por ello sin pensárselo un segundo. Destacó en todo lo que eligió hacer y vivió como quiso hasta ese horrible accidente que lo dejó atado a una silla, tetrapléjico y dependiendo de otros, algo que odia. Si por él fuera, no viviría más, no le ve el sentido a hacerlo si ya no puede ser dueño de su destino. Pero cuando Lou llega a su vida se da cuenta de que aún hay cosas por ver y experimentar, sin que ello signifique, y eso es muy importante, que el amor sea suficiente. O tal vez si lo sea, cuando es amor de verdad, ese que no es egoísta, el que sabe comprender al otro y poner su felicidad por encima de nuestros propios deseos.



Yo antes de ti es, sobre todo, un viaje de descubrimiento interior, como les contaba líneas más arriba. La historia de amor de Will y Lou es hermosa, conmovedora y maravillosa, de esas que todos deberíamos experimentar alguna vez en la vida, pero sin duda lo que más me ha tocado durante la lectura ha sido conocer a Lou, verla crecer, interactuar con esa desquiciada y encantadora familia suya que me hace pensar que la mía, después de todo, no es tan extraña como pensaba. Al final he llorado, como me dijeron más de una vez que haría, lo que no es nada sencillo, no lloro con facilidad con mis lecturas, y aún así, no ha sido un llanto nacido de la pena, sino de empatía y emoción por ese final tan bonito, un canto de esperanza y amor verdadero. Esta novela es todo un viaje interior y la recomiendo de todo corazón, no se la pierdan. Y luego, hagan como yo y esperen con muchas ganas la adaptación, que tiene buena pinta; les dejo el trailer por si aún no la han visto y así termino de tentarlos.